NEW YORK – Este jueves, 2 de abril, hubiera sido el Día Inaugural en casa para los Yankees, que tenían programado su primer partido de la campaña 2020 en Yankee Stadium ante los Toronto Blue Jays.
Los Bombarderos llegaban a casa tras arrancar la temporada con una gira de seis juegos, todos enfrentamientos divisionales, tres ante los Baltimore Orioles y tres más ante los Tampa Bay Rays. El hombre de los $324 millones, Gerrit Cole, tenía programado abrir en el Día Inaugural, probablemente seguido del derecho japonés Masahiro Tanaka y los zurdos J.A. Happ y Jordan Montgomery, pero una de las grandes incertidumbres de la primavera para los Yankees era, y aún es, quién sería el quinto abridor para remplazar al dominicano Luis Severino en la rotación.
Tras sufrir de inexplicables molestias en el antebrazo derecho desde la campaña pasada y las que los Yankees no habían encontrado respuesta, Severino fue finalmente diagnosticado con un desgarre parcial en el ligamento cubital y se sometió a la cirugía Tommy John a finales de febrero, por lo que perdería toda la campaña 2020.
Los Yankees ya no contaban con James Paxton, quien se sometió a una cirugía microscópica para extirpar un disco en la parte baja de la columna vertebral a principios de febrero, y se anticipaba que le tomaría de tres a cuatro meses regresar a lanzar en Grandes Ligas.
Montgomery, quien regresó esta primavera completamente recuperado de su propia cirugía Tommy John el año pasado, era el lanzador de facto para ocupar el puesto del también zurdo Paxton.
El manager Aaron Boone indicó que tenía varias opciones en el campamento primaveral para ocupar el puesto de Severino, incluidos el lanzador mexicano Luis Cessa, con la experiencia de 19 aperturas en sus últimas cuatro temporadas con el equipo, el nicaragüense Jonathan Loaisiga, con ocho salidas los últimos dos años, el novato Michael King y el máximo prospecto de pitcheo del equipo, el dominicano de 20 años Deivi García.
El coach de pitcheo de los Yankees, Matt Blake, reveló el miércoles en conferencia telefónica, que Loaisiga llevaba la delantera para ocupar ese quinto puesto en la rotación hasta el 13 de marzo, cuando se detuvieron oficialmente los entrenamientos primaverales de Grandes Ligas por la crisis de salud global por la pandemia del coronavirus.
“A estas alturas (abril) todavía no tendríamos a Paxton disponible, por lo cual hubiéramos tratado de resolver la ecuación de quién sería el quinto abridor”, indicó Blake, nuevo coach de pitcheo de Yankees tras el despido del veterano Larry Rothschild, ahora con los San Diego Padres.
“Ya los primeros cuatro abridores titulares habrían lanzado un partido y Loaisiga hubiera sido una opción interesante como quinto abridor. En este momento estaríamos estudiando si (Loaisiga) estaría lanzando una apertura completa, abriría un partido de relevistas o una mezcla de las dos cosas, pero, obviamente, él dio un gran paso adelante este año. Muchos de los lanzadores que esperábamos dieran la cara este entrenamiento primaveral lo hicieron, en particular Masa (Tanaka), quien tuvo una muy buena primavera”, agregó Blake.
“Nos sentíamos muy cómodos con el grupo de Masa, JA Happ, Montgomery y Loaisiga, quienes probablemente iban asumir la mayor parte de las entradas lanzadas. Es difícil decir si ya hubiéramos resuelto el caso del quinto abridor al final del entrenamiento primaveral, pero sé que Loaisiga hubiera sido una parte importante de esa ecuación y hubiéramos estado tratando de buscarle la cantidad correcta de entradas en diferentes situaciones, pero todos esos muchachos lanzaron muy bien, así que nos sentíamos muy bien con la dirección en la que nos dirigíamos”, destacó.
El entrenador, de apenas 34 años y quien fue coordinador de pitcheo de ligas menores con los Cleveland Indians antes de asumir su nuevo rol con el equipo neoyorquino, también discutió cómo se ha mantenido en contacto con sus lanzadores bajo la inusual circunstancia de no saber ni siquiera cuándo o si habrá temporada de Grandes Ligas este año.
Blake ha monitoreado constantemente el nivel de actividad de los lanzadores junto al personal de entrenamiento y preparación física de los Yankees. Cada pitcher cuenta con su propio programa de lanzamiento, aunque Blake destacó que no recomienda que un lanzador haga sesiones completas de bullpen o cualquier cosa que sea una carga innecesaria en el brazo, en particular, en su intento de evitar posibles lesiones por el inusual ritmo que han tenido esta inédita pretemporada.
“No creo que sea necesario que se suban a un montículo en este momento”, indicó Blake. “Como no tenemos un calendario, hay muchas otras formas en las que podemos mantenerlos activos y mantener una carga saludable en sus brazos, pero sí creo que hay algunos lanzadores que se benefician de lanzar sobre una lomita y así mantener su ritmo y carga de trabajo, incluso si se trata de un número menor de pitcheos y simplemente aumentan un poco la intensidad. Eso es lo que les he recomendado a la mayoría de nuestros muchachos”.
En una pretemporada normal, el entrenamiento primaveral dura alrededor de seis semanas, pero, incluso, cuando se determine si habrá campaña de Grandes Ligas, no habrá tiempo para un segundo período de entrenamiento que dure tanto tiempo.
Fuentes de Grandes Ligas han indicado tras bastidores que anticipan que si hubiese un “segundo entrenamiento primaveral”, tendría una duración máxima de tres a cuatro semanas.
“Eso es lo más complicado en este momento, saber qué deberíamos aconsejarles cuando no hay ningún calendario estimado para trabajar”, explicó Blake. “Por lo general, cada vez que estableces un plan de pitcheo, arrancas con una fecha final en mente, ya sea el primer día de entrenamiento primaveral o el día inaugural de la temporada. En este momento, no sabemos ninguna de las dos fechas, por lo que, más que nada, estamos adivinando más que nada”.