ATLANTA - Con la Serie Mundial rumbo a Atlanta, algunos televidentes podrían sentirse ofendidos de ver que los aficionados de los Atlanta Braves continúan haciendo el movimiento con la mano y cantando con fuerza.
Después de que equipos de la NFL y el béisbol de las Grandes Ligas han eliminado sus nombres, considerados racistas y ofensivos por los indígenas estadounidenses en los últimos dos años, los Bravos persisten con el grito de guerra y movimiento de hacha - con el beneplácito del comisionado de las Grandes Ligas Rob Manfred.
Lo que más le importa a Manfred es que los Bravos cuenta con el apoyo de la tribu Eastern Band, de los indígenas Cherokee, y que se encuentra en Carolina del Norte a tres horas de Atlanta.
"La comunidad autóctona en la región apoya completamente lo que hacen los Bravos, incluyendo el movimiento de manos (conocido como el 'tomahawk chop')", dijo Manfred el martes. "Para mí, eso es todo. En ese mercado, intentamos tomar en consideración a la comunidad indígena".
Richard Sneed, el jefe de Eastern Band, quisiera que hubiera más indignación sobre otros problemas más importantes que enfrentan los indígenas, como la pobreza, el desempleo, el abuso infantil, los abusos sexuales y suicidios.
"No me ofende que alguien mueva la mano en apoyo a un deporte", dijo Sneed a The Associated Press el martes. "Simplemente no lo estoy. Si alguien lo está, es su decisión, su derecho. Pueden ofenderse".
Sneed indicó que los problemas con el crimen y la pobreza siguen siendo ignorados cuando la atención del país ha estado en los nombres de equipos y en el 'tomahawk chop'.
"Hay tantas cosas sucediendo y la parte que es frustrante para mi, como líder de la tribu, es cuando el único asunto que parece que discuten es 'qué tan ofendido estás por el gesto y si los Bravos deberían cambiar su nombre'. Realmente es el menor de nuestros problemas, eso creo que es lo que quiero decir", sostuvo.
No hay indicios de que los Bravos tengan planes de cambiar su nombre o desalentar el 'tomahawk chop', que ha sido una tradición de los aficionados desde la década de los 90. El crédito del grito de guerra se le ha otorgado a Deion Sanders, ex jardinero de los Bravos, debido a que fue algo que trajo de su experiencia universitaria con Florida State.
Temporalmente, los Bravos intentaron quitarle importancia al gesto en la serie divisional de la Liga Nacional en 2019 frente al relevista de los Cardenales de San Luis Ryan Helsley, integrante de la nación Cherokee, y quien dijo que lo encontraba ofensivo.
Tras la queja de Helsley, los Bravos dejaron de distribuir las hachas gigantes de espuma y color rojos usadas por los aficionados durante el movimiento. También dejaron de hacer sonar la música que acompañaba para alentar el canto.
Después llegó la pandemia de coronavirus y con los estadios vacíos la atención se disipó.
Ahora los aficionados regresaron y el 'tomahawks chop' revivió, con los tambores, la música en el estadio y las imágenes del hacha en video.