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Aficionado vivió para ver a Dodgers en la Serie Mundial

Hay que vivir para contarla, dice Miguel Chaidez quien a sus 78 años y un diagnóstico de cáncer en el pulmón, esperó 29 octubres a sus Dodgers de Los Ángeles del alma para verlos llegar a la Serie Mundial.

Esta vez , uno de sus 11 nietos, Mark Ríos, decidió recolectar fondos para que su abuelo se vista de azul y vea en carne propia a la novena angelina disputar la victoria frente a los Astros de Houston en la lomita de Chavez Ravine.

''Yo desde que tenía 10 años los estoy viendo, y siempre he sido muy fiel a sus juegos, verlos llegar hasta aquí este año es una bendición'', dice el señor Chaidez, quien comentó a ESPN Digital que el Clásico de Otoño del 88 le tocó verlo por televisión.

Mark, abrió una cuenta en go-fund-me, un portal en internet que permite compartir sueños para que buenos samaritanos en cualquier latitud colaboren donando dinero para hacerlos realidad. Esta vez comprarle los boletos al abuelo Chaidez era la noble causa.

''Mi meta es llegar a los $6.000 dólares, llevamos más de $3.000, hemos recibido dinero de todo el mundo, hasta irlandeses han querido que mi abuelo asista al estadio de los Dodgers ¡a verlos ganar!'', cuenta entusiasmado Mark.

Chaidez, quien vivió más de 40 años en Los Ángeles, recuerda salir de trabajar en un restaurante en Westwood y juntar sus centavos para comprar boletos. De esos años gloriosos hace memoria de su favorito, autodenominándose rey de la ''Fernandomania''.

''Fernando Valenzuela fue un orgullo para los latinos, para México, la ovación en el estadio con él era increíble, fueron buenos tiempos''.

En el Clásico de Otoño del 88, en aquel entonces, el joven Chaidez, cuenta como vio en la pantalla chica cuando Kirk Gibson conectaba un cuadrangular con Mike Davis en base ante Dennis Eckersley quien lanzaba para Atléticos de Oakland. En el montículo estaría Orel Hershiser, quien sumo dos triunfos para llevarse la serie ese año y el sexto campeonato de los azules.

''Fue muy especial, estábamos todos con el corazón a millón, por eso ahora que se nos vuelve a presentar esta oportunidad de tenerlos en casa y llevarse la serie, me quedo sin palabras'', dice Chaidez nostálgico.

Para completar su álbum de infinitas anécdotas con los Dodgers, el oriundo de Durango, México dijo haber aprendido la lengua inglesa gracias a las narraciones del legendario Vin Scully, que con 67 temporadas en el equipo dio lecciones más allá del juego de pelota.

''Eran las transmisiones en inglés y teníamos que aprender para saber que estaba pasando, así supe mis primeras palabras'', dice con humildad Chaidez, que se anotó un jonrón personal pues cuando habla de su favorito de esta temporada el pelirrojo Justin Turner le entiende bastante bien.

Para Mark, poder llevar a su abuelo a la Serie Mundial fue siempre un reto que hoy esta a punto de cumplir, y para el señor Chaidez es una experiencia que hay que vivir para contar.

''Llevaré puesta mi camisa de la buena suerte con el número 34'' concluyó el abuelo.