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Otra vez, la piel de gallina

Un cierre ideal para Los Pumas en Francia. Getty

La semana pasada caminaba por Plaza de Mayo y un señor se pone a caminar a mi lado y como si fuéramos amigos en un paseo me pregunta: "Y Albanese, ¿cómo la ves contra Francia? ¿Tenemos alguna chance?

Era uno de esos días de 34 grados de sensación térmica, pleno centro porteño, día laboral, la cabeza totalmente en otra cosa, y en dos segundos tuve que contestarle una pregunta a un desconocido.

Me salió: "Los Pumas siempre tienen chances amigo, y más contra Francia, somos latinos y nos conocemos mucho. El tema que más puede influir es la cantidad de jóvenes, en algunas casos reservas de reservas, y que están dando sus primeros pasos. Encima muchos son forwards y jugando ante 80.000 personas en el Stade de France".

¡Qué lindo, cómo me equivoqué!

Tengo que confesar que el sábado fue uno de esos días donde volví a tener piel de gallina viendo a Los Pumas. Y no digo que no sentí una gran alegría viéndolos jugar un gran Rugby Championship, ni hablar de la victoria contra los Aussies en Mendoza. Pero lo de París fue distinto. Fue la mezcla de muchas cosas.

Un equipo que se hizo grande, ganó confianza y tuvo locura en la defensa, en el scrum. Un equipo que atacó a Francia convencido, que usó el pie cuando lo tuvo que usar, que tuvo a los más referentes guiando y liderando en el juego. Mientras otros tantos levantaron la mano y estuvieron a la altura. Unos jóvenes con una personalidad, desparpajo e inconsciencia increíbles, que muestra que no sólo hay reemplazos, sino que es la confirmación de que hay un sistema que ANDA y que ha dado y está dando sus frutos.

¿Se imaginan hace 10 años, un chico de 20 años que jugaba en su club, y a la semana siguiente debutaba en el Stade de France y ganaba 5/6 metros en el contacto, repiqueteando y manteniéndose de pie como lo hizo Lezana? ¿O parar en seco con un tackle furioso a un rival o ganar un contraruck como lo hizo Isa? Difícil.

En el estadio estaba Corcho Fernández Lobbe, recientemente padre, bancando a sus compañeros. Camacho, que aun no jugó en este ciclo, en la tribuna junto a Galarza, apoyando también.

Se nota que en el seno de este equipo hay algo especial. Liderados por el capitán Creevy, una de las decisiones más importantes que tomó Hourcade, y que ante Francia empujó con el ejemplo, siendo el top tackler con 17 y pescando un par de pelotas claves.

Con un Juan Hernández que le daba aplomo y confianza al equipo, y en especial a Nico Sánchez (cada vez que volvían de marcar un drop se felicitaban, pero ya estaban hablando de lo que seguía).

Con los cinco forwards M21 que había en cancha en un momento, y la tercera línea que terminó jugando, que si no hubiese sido por los lesionados probablemente no hubiesen estado en esta gira, y ahora Hourcade sabe que tiene un hermoso lío en el futuro.

Con Tetaz Chaparro y Cubelli que pusieron la cara y aprovecharon su oportunidad, con un Tuculet que no deja de crecer, con González Iglesias que entró y se devoró todo lo que le pasaba por al lado.

Puedo seguir... Todos merecerían un párrafo... Pero esto no es casualidad.

"Cuando hay buen grupo, hay equipo", dice el dicho, Y esto se vio reflejado en la cancha. "Jugar por el de al lado", como decía JMH luego del partido.

Qué buena gira para todos, para grandes y para chicos.

Los grandes, poder guiar a los más jóvenes e ir pasándoles la posta "ahora les toca a ustedes ganar en Stade de France".

Los chicos, que sientan y vivan de qué se trata esta locura. Si te la creés un poquito, la pasás mal como en Edimburgo. Si estás dispuesto a inmolarte por el de al lado y por el grupo, el equipo te devuelve mucho más de lo que vos le das y llegan estas noches y partidos memorables.

Se cierra un año más que positivo en mi opinión. Con pasajes de buen rugby, con dos grandes victorias, mejorando el juego, ampliando la base de jugadores, con confirmaciones y apariciones que nos hacen presagiar un futuro promisorio, y a días de saber que habrá RCH hasta el 2020 y Super Rugby desde 2016.

A recargar energías y seguir mejorando, con mucha confianza, pero con igual humildad también. Los hechos demuestran que las dos cosas siempre hacen falta.

Se viene un 2015 espectacular y qué mejor manera que este final de año. Por lo pronto: ¡GRACIAS JUGADORES POR LA PIEL DE GALLINA!