Éste fue uno de esos años en que cualquiera de los finalistas al premio Cy Young lo merecía por igual.
Pero sólo dos podían ganarlo y estos recayeron en Max Scherzer, en la Liga Nacional, y Rick Porcello, en la Americana.
Scherzer, de los Washington Nationals, lideró el viejo circuito en victorias (20), innings lanzados (228.1), ponches (284) y WHIP (0.96).
Además, tuvo una excelente efectividad de 2.96, la octava mejor de la Nacional y su WAR, para los amantes de la sabermetría, fue la más alta del circuito, con 6.2.
De esta manera, se convirtió en el sexto lanzador de la historia en llevarse el galardón en ambas ligas, uniéndose al exclusivo club que integraban hasta ahora Gaylord Perry, el dominicano Pedro Martinez, Randy Johnson, Roger Clemens y Roy Halladay.
¿No lo merecían igualmente Kyle Hendricks y Jon Lester, ambos de los campeones Chicago Cubs?
Sin dudas. Hendricks tuvo la mejor efectividad de todas las Grandes Ligas (2.13) en 190 episodios de actuación, en los que abanicó a 170 bateadores. Ganó 18 juegos y se estableció, en su tercera temporada en las Mayores, como una suerte de Greg Maddux moderno, basando su pitcheo en el control exquisito, por encima de la velocidad.
Y Lester, veterano zurdo de mil campañas, ganó 17 partidos, con sólo cinco derrotas, lo que le dio el mejor promedio de ganados y perdidos de todo el béisbol (.792).
Lester ponchó a 197 rivales en 202 episodios y su efectividad de 2.44 fue la segunda mejor del año, sólo superado por su compañero Hendricks.
Lo mismo ocurrió en la Liga Americana, en la que Porcello, de los Boston Red Sox, aventajó en la votación a su ex compañero de los Detroit Tigers Justin Verlander y a Corey Kluber, de los Cleveland Indians.
Porcello fue el máximo ganador de las Grandes Ligas, con 22 victorias, aunque su efectividad de 3.15 es la más alta para un Cy Young desde que en el 2007 se llevara el premio el zurdo C.C. Sabathia (3.21).
El derecho fue una gratísima sorpresa para Boston, que confiaba más en el zurdo David Price como cabeza de la rotación.
Es el primer pitcher de los Medias Rojas premiado desde el 2000, cuando Pedro se llevó los honores.
Y ganó en la votación más cerrada desde 1970, al aventajar a Verlander por solamente cinco puntos.
De hecho, el diestro de Detroit obtuvo más votos de primer lugar (14) que Porcello (8), pero el de Boston logró más de segundo lugar (18), por dos para Verlander, quien lideró la Americana en abanicados, con 254.
Tanto Verlander, como Kluber, también merecían el premio, sobre todo porque relanzaron sus respectivas carreras, tras decepcionantes campañas en el 2015.
De esta forma, sólo queda pendiente el anuncio, mañana, de los Jugadores Más Valiosos de ambos circuitos, premios que prometen despertar polémica entre sabermétricos y tradicionalistas.