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Contagiados por la mediocridad...

Los clubes mexicanos suelen ponerse en el mismo nivel que representa la pobreza futbolística del área donde juegan. La semana dejó en claro que Rayados, Tigres y Toluca mostraron sus más temibles defectos ante rivales ciertamente inferiores cuando salieron a la única escena internacional donde tienen oportunidad de mostrarse. ¿La solución? La solución radica en huir hacia el sur, donde encontrarán otro tipo de presiones y exigencias. Crecer en la situación actual parece imposible...

CIUDAD DE MÉXICO -- El futbol mexicano suele ser tan diligente y caballeroso que, cuando sale a competir en un torneo internacional donde se supone que debe mostrar sus avances y superioridad, se esmera en ponerse al nivel de sus rivales en esa "zona de confort". Y el crecimiento es nulo. Casi no existe.

El jueves, en Kansas City, el Toluca se comportó mediocre y bochornosamente. Durante la semana, los opulentos Tigres y Rayados también pasaron por jornadas vergonzosas. ¿Por qué? ¿Dónde está el problema si evidentemente esos clubes son superiores al nivel de su área? ¿Qué hacer?

Huir, escapar, correr hacía el único sitio en el continente que ofrece otra clase y nivel futbolístico.

La propuesta suena interesante y poderosa: unir la Copa Libertadores de América con la Liga de Campeones de Concacaf.

La idea, que es de Jesús Martínez dueño de Grupo Pachuca, suena tan interesante y poderosa como lo que debe significar el conciliar los intereses que tiene el futbol. Intereses donde generalmente el menor interés radica en un tema estrictamente futbolístico.

Caeremos en la ecuación de siempre: el nivel futbolístico que tanto necesita la Concacaf y las ventajas económicas que tanto atesora la Conmebol.

Si a nivel de selecciones parece imposible por las cuestiones políticas que siempre son fundamentales en la vida de FIFA, en el sector de los clubes existe una posibilidad más cercana, siempre y cuando las cuentas resulten más atractivas para los involucrados.

Un torneo común, una América reunida en un mismo evento futbolístico resultará en una mayor atracción para los aficionados, aquellos que pagan su boleto en el estadio y los otros, una mayoría, que se sienta frente a la televisión y consumen.

Parece ser, además, la única oportunidad sólida para que el futbol mexicano vuelva a participar en un torneo con los clubes sudamericanos. Convencer a la Concacaf de hacerlo de forma individual parece, nuevamente, una tarea imposible. Lograr una sociedad, conjuntar los intereses de ambos, sí que encontraría más seguidores.

Lo que está muy claro es que el futbol mexicano no puede quedarse anclado en su zona, una zona que, en lugar de mejoras sustentables, provoca distracciones e inconsistencia, como la que, por ejemplo, mostraron los fuertes clubes de Monterrey, Tigres y Rayados, en Centroamérica y el Toluca en Kansas City.

El futbol mexicano necesita presión, requiere presionarse para así encontrar y producir lo mejor de sí. En una zona de confort, el crecimiento será poco o nulo. Hay que llevar el balón tan al sur como sea posible. Crecer aquí es imposible. Es, con todo respeto, un área de 'enanos futbolísticos'.

@Faitelson_ESPN