El atleta keniano Eliud Kipchoge ha sido distinguido con el Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2023 por ser "un referente del atletismo mundial" y "el mejor corredor de maratón de todos los tiempos", según ha destacado el jurado.
Nacido el 5 de noviembre de 1984 en el condado de Nandi, en Kenia, ganó la medalla de oro en maratón en los JJOO de Río 2016 y Tokio 2020, y además en la prueba de 5.000 metros obtuvo la de plata en Pekín 2008 y la de bronce en Atenas 2004.
Kipchoge, que forma parte del equipo NN Running Team de los Países Bajos, es el absoluto dominador actual de la prueba de maratón y está considerado como una leyenda del atletismo mundial, además del mejor corredor de maratón de todos los tiempos.
En los últimos años ha logrado imponerse en quince de las dieciocho pruebas de la disciplina que ha disputado y se ha subido a lo más alto del podio diez veces en cuatro de los denominados Grandes Maratones: Chicago (2014), Londres (2015, 2016, 2018 y 2019), Berlín (2015, 2017, 2018 y 2022) y Tokio (2022).
Apodado "el Filósofo" por su destreza estratégica en las carreras y su capacidad de concentración, Kipchoge es el actual campeón olímpico de maratón y ostenta además el récord mundial de la disciplina, con una marca de 2:01:09, establecida en el Maratón de Berlín del pasado año, con la que rebajó en treinta segundos la fijada hasta ese momento por él mismo en esta competición en 2018.
Además, es el único atleta que ha corrido un maratón en menos de dos horas, aunque la marca no fue homologada.
Lo hizo en 2019 en Viena, donde completó los 42,195 kilómetros de la prueba en 1:59:40, una marca que no consta como oficial al tratarse de una prueba organizada específicamente para superar el reto, en la que el atleta corrió detrás de un vehículo que le iba marcando el ritmo, y además estuvo rodeado de siete "liebres" colocados en forma de flecha para protegerle del viento.
En aquella hazaña, el atleta también se sirvió de unas zapatillas especiales diseñadas por la marca que organizaba el reto, y cuyo uso fue prohibido al año siguiente por la Federación Internacional de Atletismo.