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Qué es la liberación miofascial

ESPN Run

La liberación miofascial es una terapia que en los últimos años ha ganado muchos adeptos dentro del mundo del deporte. Y los motivos para que esto ocurra son simples: puede ser una gran ayuda para mantener nuestro cuerpo un estado óptimo, para prevenir dolor y problemas de movilidad. Especialmente quienes practicamos deportes exigentes a nivel físico como el running sufrimos de tensiones, dolores, falta de movilidad, y contracturas. Estos son síntomas negativos que indican que nuestro cuerpo está sufriendo. Allí es donde más se nota la acción de la liberación miofascial.

Pero, ¿de qué se trata? Lo primero que debemos entender es que la fascia es un tejido, una capa colágena que recubre los músculos y órganos de nuestro cuerpo, y su función es la de dar uniformidad a la vez que proteger la musculatura y vísceras de huesos y articulaciones. En su estado normal el sistema fascial se encuentra relajado, pero algunas causas como malas posturas, movimientos repetitivos, traumatismos o incluso una enfermedad pueden alterar el sistema y produce dolor muscular o articular, tensión y alteraciones en la longitud de músculos, entre otras. Allí es donde entran en escena los puntos gatillos miofasciales o "trigger points" en idioma inglés, que son zonas donde se acumula la tensión y se pueden identificar al tacto porque producen nódulos palpables en la zona dolorida. Y en estos casos la aplicación de terapias de liberación miofascial es de gran ayuda. Es una técnica manual en la que a través de movimientos y presiones sobre todo el sistema fascial se liberan las tensiones y se recupera movilidad, y si bien son los fisioterapeutas especialistas los encargados de aplicar esta técnica, también podemos recurrir a automasajes o al uso de herramientas como el rodillo o "foam roller", que son elementos fáciles de aprender a utilizar y muy económicos, al punto que pueden fabricarse de forma casera.

Ubicando diferentes partes de nuestro cuerpo sobre estos rodillos y utilizando nuestro propio peso, haremos movimientos de vaivén, como "amasando" nuestros tejidos. Podemos ubicar el foam roller bajo nuestros isquiotibiales, bajo pantorrillas, cuádriceps, glúteos, espalda o brazos, pero en ningún caso debe llegar a ser doloroso. La aplicación debe ser lenta y progresiva sobre los puntos gatillo, que pueden encontrarse a través de la auto exploración. Podrás hacerlo antes y después de entrenar. Si decidís usarlo antes, el beneficio que obtendrás será un mayor rango de movimiento y una mejor circulación, ya que activarás el músculo. Si lo dejas para después de tus ejercicios, ayudarás a acelerar el proceso de recuperación muscular.

¿En estos momentos que no podes salir de tu casa realizas de forma casera esta terapia?