DE SER EL ROSTRO del béisbol a ser cuestionado toda su carrera. Con eso tendrá que lidiar Fernando Tatis Jr., le guste o no. Pero no repetiré en esta columna todos los argumentos esgrimidos durante ésta semana desde que se dio a conocer la noticia de su sanción por dopaje. Prefiero armar una Novena de peloteros latinoamericanos y revisitar sus reacciones una vez que fueron capturados in fraganti para que saques tus conclusiones. Al menos yo, lo tengo claro: costo SANCIÓN-BENEFICIO. Tatis Jr. firmó por $340 millones y 14 años con los San Diego Padres, y fue suspendido 80 juegos sin salario. Haz las matemáticas. ¿Vale la pena tomar el riesgo o no? Sobre el tema de cacería de brujas, no creo que aplique con Tatis Jr. ni a ningún otro. Lo mal hecho está mal hecho, venga de donde venga. No hay atenuantes. Aunque, releyendo la mayoría de las excusas de los infractores, me dan unas ganas tremendas -si tuviera la posibilidad- de canonizarlos. Son pocos los que afrontan el error de frente, sin subterfugios. Disculpa la crudeza, ya que con tantos millones en sus cuentas bancarias y recursos de los equipos puestos a su disposición, yo no me creo la historia de "no sabía lo que estaba utilizando".
SS. FERNANDO TATIS JR.: "Major League Baseball me ha informado que una prueba que me fue realizada arrojó un resultado positivo para Clostebol, una sustancia prohibida. Resulta que usé sin saberlo un medicamento para tratar la tiña (infección cutánea causada por hongos) que contenía Clostebol. Debí haber utilizado los recursos a mi disposición para asegurar que ninguna sustancia prohibida estuviera en lo que usé. Fallé en hacer eso". (Comunicado oficial de Tatis Jr.)