<
>

Por qué la Bundesliga es una de las ligas más entretenidas del mundo

En líneas generales, el fútbol alemán sirve como reflejo confiable del estilo más eficiente y efectivo del momento. Esto significa haber presenciado muchas cosas distintas con el pasar de los años. Durante la década de 1970, eso significaba armar desde la zaga y jugar con una aproximación al Fútbol Total popularizado por la "Naranja Mecánica" de Holanda, aunque agregando un poco más de juego físico y contraataque. Esta filosofía táctica, junto a las sobrenaturales habilidades de jugadores de la talla de "El Káiser" Franz Beckenbauer y Gerd Muller, condujo a Alemania a conseguir el Campeonato Europeo de 1974 y una aparición en las finales europeas en 1976 (junto a tres Copas de Europa consecutivas para el Bayern Munich).

En la década de 1980, la adaptación los llevó a asumir una mentalidad mucho más cínica. A pesar de la escasez de poder de estrellas que pudieran colocarlos a la par del resto de Europa, los alemanes terminaron terceros en el peor de los casos en siete de nueve torneos europeos y mundiales entre 1980 y 1990. Durante la mayor parte de este ciclo, su estilo se caracterizaba por fuertes faltas y un nivel de pragmatismo del cual dudaban hasta los vecinos italianos.

Cuando ese estilo excesivamente práctico se tornó obsoleto a la llegada de la década de 1990 (en resumen: cuando los rivales dejaron de usar un líbero y comenzaron a depender mucho más de la posesión, velocidad y elegancia), Alemania empezó a mostrarse antigua y gastada. Y a principios de los años 2000, todo el país pareció volver a la mesa de dibujantes.

El resultado benefició a todo el mundo del balompié. Y se trata de algo que podrán disfrutar en Estados Unidos por ESPN+ durante la totalidad de la temporada a punto de comenzar.

Durante la última década y un poco más, Alemania ha dado un salto adelante, gracias a un estilo táctico maravillosamente optimista. Y funciona bien. El combinado nacional germano ha terminado tercero en su peor aparición en seis torneos importantes consecutivos entre 2006 y 2016. Jurgen Klopp perfeccionó su filosofía basada en el Gegenpressen al mando del Borussia Dortmund a finales de la década pasada, quedó a poco de conquistar Europa gracias a ella, para lograrlo finalmente con el Liverpool a finales del decenio actual.

El Bayern Múnich fue superado en varias ocasiones por el BVB de Klopp. Los bávaros adaptaron la filosofía del Dortmund, combinándola con su propio estilo de presión y posesión alta, hasta ganar las Champions League de 2013 y 2020 (y todos los títulos de Bundesliga entre ambas). La selección nacional volvió a verse anticuada y agotada en Rusia 2018, pero el país y su liga nacional han impuesto un estándar sumamente alto para que otras naciones intenten igualarlo.

Mirar la Bundesliga en 2020 es presenciar un fútbol en el cual pareciera que la esférica jamás se detiene en el mediocampo. Un equipo se coloca en posición apropiada para marcar y luego... ¡Puf! El balón se encuentra en posición para marcar en el otro arco. Si no me creen, por favor crean en las estadísticas:

- Siete equipos distintos de la Bundesliga ostentaron promedio mínimo de 1.85 en expectativa de gol (XG) por partido en la temporada 2019-20. Solo otra liga entre las Cinco Grandes de Europa (la Serie A italiana) tenía más de tres equipos con números similares.
- Catorce equipos de la Bundesliga sumaron promedio superior a tres goles combinados (a favor y en contra) por encuentro. La Serie A fue la única liga distinta a la germana con más de tres.
- Diez clubes de la Bundesliga crearon por lo menos 10 oportunidades por compromiso u ostentaron promedio mínimo de cinco tiros al arco. La Serie A fue la única liga que contaba con más de cinco equipos en alguna de estas categorías.
- Adicionalmente, los remates fueron buenos: Nueve clubes de la Bundesliga sumaron promedio de al menos 0.13 XG por disparo. La Premier League y La Liga de España le escoltan, con 6 cada una. ¿Algún equipo de la Serie A con volumen similarmente alto? Ninguno.
- Trece clubs de la Bundesliga ostentaron promedio superior a 99 posesiones por partido. La Ligue 1 francesa fue el único circuito europeo distinto al alemán en contar con más de tres equipos con cifras similares.

La Bundesliga ha establecido un idealismo al cual otras ligas sólo pueden aspirar. Los precios de su boletería siguen siendo asequibles para la clase media; el juego, ambicioso y en ocasiones arriesgado, y cuando un club cuenta con talento joven y brillante (bien sea en la plantilla o el cuerpo técnico), lo ponen a trabajar. Julian Nagelsmann, el entrenador del RB Leipzig, tiene apenas 33 años y acaba de llevar a su equipo a semifinales de Champions. Y si eventualmente el Leipzig no pudiera mantener a Nagelsmann, existen buenas probabilidades de que los encargados de tomar decisiones en tu club favorito estén viendo fútbol alemán, en busca de su próximo director técnico y nuevo gran fichaje.

La Bundesliga perdió a Timo Werner (originalmente ficha del RB Leipzig), Kai Havertz (Bayer Leverkusen), Achraf Hakimi (Borussia Dortmund, en condición de préstamo) y Weston McKennie (Schalke 044) este verano; no obstante, sigue contando con mayor talento joven en el máximo de sus condiciones físicas que cualquier otra liga. El Dortmund mantiene en sus filas a Erling Haaland, Jadon Sancho (por los momentos), Gio Reyna, Jude Bellingham y Dan-Axel Zagadou. Por su parte, el RB Leipzig sigue contando con Christopher Nkunku, Dayot Upamecano, Ibrahima Konate, Dani Olmo y Tyler Adams. El Bayern tiene a Alphonso Davies y Tanguy Nianzou. El Schalke sigue contando con Suat Serdar. Etcétera, etcétera.

De hecho, la liga alemana tiene cierto problema Bayern Múnich en estos momentos, con los gigantes bávaros alzando el título de liga por ocho años consecutivos; aunque siendo justos, toda Europa tiene en estos momentos un problema Bayern. Los campeones de la Bundesliga no concedieron un solo punto hasta asegurar la corona de la Champions League en 2020, ganando la totalidad de sus 11 partidos disputados, con ventaja total 43-8 en el marcador.

Ustedes saben que los hinchas alemanes lo pasan bien cuando vemos su fuerte determinación para luchar por mantener lo que tienen. Expresan su ira contra clubes que muestren cualquier señal de influencias de mecenas acaudalados, tales como RB Leipzig o TSG Hoffenheim. Protegen con uñas y dientes su regla 50+1, que mantiene a raya las influencias corporativas (aunque a veces crea situaciones inmanejables de "muchas manos en un solo caldo"). No disfrutan de los cambios de horario de partidos, más allá de los sábados a las 3 p.m.

Estas circunstancias limitan a la Bundesliga hasta cierto punto: después de todo, los mayores precios de boletería y cambios de horario favorables a la televisión representan mayores ingresos. Adicionalmente, un mecenas puede hacer maravillas por clubes como el Hamburgo (atascado en la segunda división debido a su constante drama gerencial), Hertha Berlin o, siendo sinceros, por cualquier club berlinés. A pesar de ello, la liga alemana pudo ufanarse de contar con dos semifinalistas de Champions en agosto pasado y ostenta en sus filas a cuatro de los 20 mejores clubes de Europa, según los rankings de EloFootball.com. Y cuando se les permita a los hinchas volver a las tribunas, podremos presenciar algunas de las rivalidades más intensas de todo el deporte: BVB vs. Schalke, Borussia Mönchengladbach vs. 1. FC Colonia, Bayern Munich vs. Prácticamente todos los demás.

La Bundesliga derrocha intensidad, optimismo y mucho, muchísimo ataque vertical.

Ámala, y ella te corresponderá.