Fútbol Americano
Fabio Dana 2y

Leo Ponzio, el emblema de River que llegó para hacer historia

Hay datos que hablan por sí solos. Leonardo Ponzio es el jugador con más títulos en la historia de River, superando nada menos que a una gloria como Ángel Labruna. ¿Qué más puede agregarse para entender la importancia del León en Núñez?

Ponzio debutó en Newell's en el año 2000 y luego de muy buenas temporadas en el club rosarino pegó el salto a Europa para jugar en la Liga de España vistiendo los colores del Zaragoza. Recién en 2007 iba a llegar a River, para vivir una primera etapa.

Allí iba a consagrarse campeón del Clausura 2008 con el Cholo Simeone como entrenador, pero ese título sólo sería el principio de lo que más tarde vendría. Tras regresar a Zaragoza, llegó el momento de tomar una difícil decisión.

"En España estaba bien, pero sentía que me faltaba el desafío deportivo. Habíamos ascendido y la meta era no volver a descender, pero no estábamos para pelear por cosas importantes", reconocía.

¿Qué mejor desafío entonces que regresar a River en el peor momento de su historia para ayudarlo a volver a Primera? Así, el 5 de febrero de 2012 se volvió a poner la casaca millonaria: fue por la 19° fecha de la Primera B Nacional 2011/12 en el empate 1-1 ante Almirante Brown.

Ponzio fue clave en el equipo del Pelado Almeyda que iba a lograr el ascenso. Y una muestra de su sacrificio se vio el 10 de junio de 2012, ante Boca Unidos, cuando una mancha de sangre en su pantalón lo obligó a cambiarse varias veces de ropa por la hemorragia sufrida producto de las hemorroides que sufría.

Así y todo siguió jugando para no dejar al equipo en un momento importante.​ El premio llegaría con el esperado ascenso a Primera, unas semanas más tarde.

Con Ramón Díaz, antes de la llegada de Gallardo a mediados de 2014, Ponzio iba a ganar un nuevo título en el club, el Torneo Final 2014. Pero fue con el arribo del Muñeco cuando empezó a escribir la parte más importante de la historia del club.

Primero llegó la Copa Sudamericana 2014, donde River comenzó a celebrar en los mano a mano ante Boca. En ese certamen los Millonarios dejaron en el camino a los Xeneizes en las semifinales, con un Ponzio en un gran nivel como patrón del mediocampo.

El 2015 sería mejor aún, ya que River iba a ganar luego de 19 años la tercera Copa Libertadores de su historia. El León iba a seguir conquistando títulos dentro del gran ciclo de Gallardo: llegarían la Suruga, la Recopa, y por supuesto, la Libertadores de 2018 en Madrid nada menos que frente a Boca. Ese mismo año, también ante el clásico rival, iba a levantar otro trofeo, la Supercopa.

En los últimos años el retiro de Leo estaba siempre presente, ya que el jugador se acercaba a los 40 años y había perdido la titularidad. Pero siempre fue un referente que sumó para el equipo, para sus compañeros, un ejemplo a seguir dentro y fuera de la cancha. Un líder positivo y muy querido en el vestuario.

La despedida fue como la merecía: ganando dos títulos. Primero, como campeón del Torneo de Primera División de 2021 y luego conquistando el Trofeo de Campeones.

Allí, levantado en andas por sus compañeros, colgó los botines. "Llegué desde otro lado y acá me adoptaron de la mejor manera. Me dediqué al máximo y ojalá pueda seguir en esta casa. Hace mucho tiempo que venía pensando en la decisión de dejar de jugar al fútbol. Cuesta que se termine, pero creo que es el mejor momento para mí", señalaba, emocionado, a finales de diciembre de 2021. Estaba por cumplir 40 años.

Los últimos minutos como jugador de River fueron ingresando desde el banco en el 3 a 0 a Colón, en Santiago del Estero, donde alcanzó las 17 vueltas olímpicas con el Trofeo de Campeones; así superó los registros de Angel Labruna y de Ricardo Vaghi y Bruno Rodolf, integrantes de La Máquina.

"Más de una vez pensé en largar, mucho antes, pero Marcelo (por Gallardo) me dijo que me necesitaba, que el grupo me necesitaba, y eso siempre fue importante para darle un poco más y no dejar", reconocía tras su despedida.

En River, en sus dos etapas, jugó un total de 358 partidos y anotó 10 goles. Y se despidió a lo grande, como quería Gallardo.

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