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Independiente épico: el día que fue campeón con tres hombres menos

Hay partidos inolvidables, que quedan marcados a fuego. En el recuerdo de los hinchas propios, pero también del futbolero en general. Uno de esos partidos es el que jugaron el 25 de enero de 1978, hace 45 años, Independiente y Talleres de Córdoba.

Era el choque de vuelta de la definición del Nacional de ese año, y en la ida habían igualado 1 a 1. La revancha fue apasionante: el Rojo perdía 2 a 1 y se quedó con tres hombres menos a los 29 minutos del complemento, pero sobre el final Ricardo Enrique Bochini lo igualó 2 a 2. Y el Rey de América gritó campeón en una jornada para el recuerdo.

Los dos habían hecho una gran campaña en ese Nacional. El Rojo había ganado su zona con 21 puntos, dejando con dos unidades menos en la tabla a Belgrano, el máximo rival de la T. Talleres, por su parte, se impuso en la Zona C con 20 puntos relegando a Racing, con 17.

En semifinales, la T le ganó a Newell's, que había sido puntero de la Zona A (empató 1 a 1 y lo derrotó 1 a 0), mientras que el Rojo eliminó a Estudiantes (ganador de la Zona B), tras igualar 1 a 1 y derrotarlo 3 a 1.

La final se dio entre los dos mejores equipos de la época. Independiente venía de ser campeón en las Libertadores de 1972, 1973, 1974 y 1975. El Pato Pastoriza era su DT, y contaba con un gran plantel.

Talleres también solía ser protagonista de esos torneos nacionales y contaba con muy buenos jugadores , como Galván, Oviedo y Valencia, los tres campeones mundiales un año más tarde en Argentina 1978.

Esa noche en Barrio Jardín, el equipo de Avellaneda formó con: Rigante; Villaverde y Osvaldo Pérez; Pagnanini, Galván y Trossero; Britez, Larrosa, Outes, Bochini y Magallanes. Biondi y Bertoni ingresaron en el segundo tiempo.

La T, dirigida por Roberto Saporiti (luego ayudante de campo de Menotti en el título del Mundial '78), lo hizo con: Guibaudo; Galván y Ocaño; Astudillo, Ludueña y Binello; Bocanelli, Reinaldi, Bravo, Valencia y Cherini. Syeyyguil entró en el complemento.

Norberto Outes había puesto en ventaja a Independiente a los 29 minutos de juego. Pero la T iba a darlo vuelta en el segundo tiempo. Primero con un gol de penal de Cherini a los 15 minutos, y luego llegaría el 2 a 1 con tanto de Bocanelli.

Los jugadores del Rojo reclamaron ante el árbitro Roberto Barreiro (poco tiempo después se retiró) que el tanto de Bocanelli había sido con la mano, y así había sido. Pero el cuestionado juez, ante la vehemencia en el reclamo de los futbolistas de Avellaneda, decidió expulsar a Enzo Trossero, Rubén Galván y Omar Larrosa.

La victoria le daba el título a la T, pero Independiente estaba a tiro del campeonato: si empataba en dos goles se podía consagrar campeón por el gol de visitante (la ida había terminado 1 a 1).

Bochini, entre otros, quería irse de la cancha. Y le pidió a Pastoriza que retirara el equipo del campo de juego. Pero el Pato no se dejó dominar por las emociones y la calentura del momento y les dijo: "De acá no se va nadie. Nos quedamos. Lo podemos empatar. Sean hombres, no se vayan".

Así fue. El partido siguió. Era dramático. Los cordobeses con espacios tuvieron varias chances para liquidar la historia. Pero no pudieron. Y a los 38 minutos de juego tras una pared con el ingresado Biondi, el Bocha puso el 2 a 2 histórico, épico, que le dio el torneo a Independiente.

El 10 festejó el título y ese día, también, su cumpleaños número 24. Tenía aún mucho para darle al fútbol.

Quedaban un puñado de minutos, pero el Rojo defendió con uñas y dientes la igualdad y celebró ante 25.000 cordobeses que esperaban ansiosos el primer título de su historia.

A pesar de que fue un partido caliente, con discusiones y expulsados, nada sucedió en las tribunas ni en el campo de juego. No hubo desmanes ni destrozos. El visitante dio la vuelta olímpica. Es más: la gente local terminó aplaudiendo y reconociendo el esfuerzo y el trabajo del rival. Ejemplos que quedaron en el pasado.

Miguel Oviedo, quien luego jugaría en el Rojo y se perdió esos partidos finales por lesión, declaró lo que vivió en esa final: "El Pato fue fundamental en ese título. Les decía a los jugadores que se estaban yendo al vestuario que no se fueran, que sean hombres y ganen. Se había puesto en la boca del túnel y mandaba adentro a los muchachos que se querían ir. A nosotros nos faltó un poco más de madurez, tal vez, para ser campeones. Teníamos un gran equipo".

Este encuentro jugado en el estadio La Boutique tuvo su tinte político. La dictadura militar estaba a cargo del país y seguía de cerca el fútbol, y el general Mario Benjamín Menéndez, que era el hombre fuerte de Córdoba, presenció el juego: fue el mismo que se rindió en las Islas Malvinas ante los ingleses y que luego fue detenido por crímenes de lesa humanidad.

Amadeo Nuccetelli, en tanto, el presidente de la T, peleaba por el trono de la AFA. Dicen que la derrota limó sus aspiraciones y que en su lugar, con el título bajo el brazo, se fue consolidando Julio Humberto Grondona, el presidente del Rojo, quien asumiría en el ente máximo del fútbol local en 1979.