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Carlos Tevez pasó casi desapercibido por el Monumental, pero sufrió a River y perdió su invicto contra el rival menos deseado

Solo una vez Carlos Tevez había visitado el Monumental en su función de entrenador hasta este encuentro entre River Plate e Independiente por la décima fecha de la Copa de la Liga. Pero su presencia aquel día pasó tan desapercibida como el partido en cuestión. Es que el 16 de octubre de 2022 quedó marcado en el calendario como la fecha de la despedida de Marcelo Gallardo. Por eso, nadie reparó en quién se sentó en el banco de Rosario Central.

Poco más de un año pasó desde el último partido de Gallardo como técnico. Aquel domingo, un día de la madre, el pueblo riverplatense estaba genuniamente conmovido por el adiós de su máximo ídolo. Hay un dato que sirve para comprender la magnitud de la emoción; la canción tradicional "River, mi buen amigo" fue reemplazada por un canto casi religioso cuando salió el equipo al campo de juego. Un ruego: el de la continuidad del doble campeón de América. Por eso, ninguno de los más de setenta mil hinchas locales reparó en Tevez, algo que sí ocurrió este miércoles.

Hoy, Gallardo es tan venerado como siempre, pero River atraviesa un virtuoso proceso de reinvención. Fue campeón en el primer torneo de Martín Demichelis y da pelea en el actual campeonato. El Monumental, como desde hace más de dos años, se ve colmado en cada jornada, sin importar qué tan decisiva sea. La salida del DT más ganador de todos los tiempos del club no modificó el entusiasmo de los hinchas.

Había expectativa ante una la segunda visita de Tevez, quien esta vez sí saldría con las luces sobre su cabeza al criticado césped de Núñez. Sin embargo, fueron reflectores pálidos. No pasó inadvertido, aunque estuvo lejos de ser un protagonista estelar de la noche. Ni siquiera fue el blanco preferido de la popular. Como si su figura de deidad boquese se hubiera empalidecido por el simple paso del tiempo o se hubiera enrojecido por su presente.

El público riverplatense le dedicó a Independiente algunas canciones de rigor en la previa, tal como ocurre en todos los clásicos. Aún sin visitantes, hay canciones especiales en las que se menciona a este adversario en particular. Siempre, en todo contexto y circunstancia, un enfrentamiento entre grandes tiene un mayor peso para los hinchas. Esa rivalidad histórica fue más trascendente que el encono individual contra Tevez.

El abucheo cuando fue mencionado en las formaciones atronó pero no más que el que se llevaron otros exprotagonistas del Superclásico menos reputados. También hubo tiempo para el recuerdo de Madrid, pero sin profundas personalizaciones. Solo dos veces se cantó contra él directamente. La primera fue después de una pequeña pelea entre futbolistas en el primer tiempo que provocó ademanes de DT del cuadro de Avellaneda, una actitud que le hizo acordar al público de su presencia. La segunda fue al final, con el 3-0 ya decretado. Una obvia dedicatoria de la tribuna por la goleada. Una "ofrenda" para el perdedor.

Carlos Tevez sufrió en el Monumental. No fue atosigado, pero perdió el invicto de ocho partidos que llevaba desde su arribo a Independiente. Su equipo tuvo pocos momentos de soltura, en los que demostró capacidad para plantarse en campo rival y atacar, pero fueron insuficientes. Le faltó consistencia. River pegó en momentos justos y consiguió su 20ma victoria consecutiva como local. Y, de paso, le ganó a un rival particular, que más allá del paso del tiempo y las nuevas ropas, siempre será muy especial.