Los festejos tan esperados se hicieron realidad. En su cancha, con un campo de juego en muy mal estado, Rosario Central empató sin goles con Banfield en la segunda jornada del Grupo A de la Copa de la Liga y después se vivió una fiesta, donde los hinchas celebraron el título logrado el mes pasado.
En la vuelta de Central a su estadio, en el primer partido de local tras la coronación en la Copa de la Liga 2023, se concretó la ansiada fiesta de sus simpatizantes.
La noche de Rosario fue testigo de una fiesta del campeón, que había derrotado en la final de la Copa de la Liga pasada, el mes anterior, a Platense.
Los jugadores dieron una vuelta olímpica y fueron reconocidos por los fanáticos del Canalla. Algunos hablaron y se lo vio muy emocionado a Miguel Ángel Russo, el técnico, un emblema de la institución.
Minutos antes, Central había empatado con Banfield y venía de igualar 1-1 en el debut, en la visita a Atlético Tucumán, tras haberse puesto en ventaja. Fue un partido flojo, sin grandes chances de gol, y el campo de juego lució en mal estado.
Panes de pasto levantados, pozos, tierra y mucha arena complicaron las intenciones de ambos equipos. El mal estado del césped, renovado por completo durante el mes pasado en el marco de las obras en el Gigante y colocado hace aproximadamente dos semanas, condicionó el partido en Arroyito.
En tanto, Central atraviesa la segunda racha sin perder de local más larga de su historia, ahora con 29 partidos sin caída en el Gigante de Arroyito. Superó por dos la seguidilla de 1969-70 y quedó a cuatro encuentros de los 33 entre 1973 y 1975.
Finalmente, fue una celebración colorida y ruidosa. Y todo Central la disfrutó a pleno.