River Plate no comenzó bien el partido ante Atlético Tucumán como visitante por Copa de la Liga, pero una jugada que parecía quedar en la nada terminó siendo penal para el Millonario y desencadenó una situación insólita en el norte argentino.
Mientras el Decano protestaba por una falta de Colidio antes de la infracción sobre Nacho Fernández en la propia área, Esequiel Barco tomó la pelota para ejecutar ante la mirada furiosa de Miguel Borja, que lo quería para él. Sin embargo, Devecchi le contuvo el disparo aunque el árbitro cobró invasión, por lo que el penal debía ser ejecutado nuevamente.
Cuando se revisaba la decisión y Demichelis calmaba a Borja señalándole a sus futbolistas que esta vez él sería el ejecutante, el propio Barco se negó a cederle el remate y decidió tomar su revancha personal, rematando con mucha fuerza y poca precisión por encima del travesaño.
La bronca ya no solo fue de Borja sino también de Demichelis, quien tuvo que darse vuelta del enojo por la desobediencia del atacante y lo terminó reemplazando en el entretiempo por Franco Mastantuono.
Entre toda la situación, el penal terminó durando prácticamente ocho minutos de partido.