BUENOS AIRES -- El entrenador del seleccionado, Gerardo Martino, quiere hablar de fútbol, analizar el juego, contar que su objetivo es que el equipo rompa "barreras" para consolidar un estilo, pero sabe que la convulsionada AFA, inmersa en la acefalía es una piedra en el zapato cada vez más molesta.
"A esta altura se esperaba que la AFA tuviera un presidente electo y eso afecta a la hora de tomar decisiones", le dijo Martino a DyN, y tomó un sorbo de café que le dio unos segundos más para pensar y ensayar una respuesta que lo saque de un tema que lo incomoda. Después de haber sufrido su estadía como entrenador del poderoso Barcelona, el rosarino desembarcó en el seleccionado argentino con la ilusión de encabezar un proyecto que incluyese a los juveniles y le permitiera trazar una línea desde aquellos que sueñan con ser profesionales hasta las estrellas que descollan en Europa.
Se acomodó en uno de los sillones del espacio contiguo a la sala de conferencias de prensa, cruzó las piernas y pasó la mano derecha por su cabeza, de adelante hacia atrás, antes de remarcar que el de los juveniles "es un tema en el que, a partir de ahora, ya no voy a participar".
El predio de la AFA en Ezeiza luce desolado. Apenas un par de guardias de seguridad en el portón de ingreso principal y Martino y sus colaboradores en la concentración del seleccionado mayor, justo en el otro extremo de ese enorme complejo. A pocos kilómetros de un lugar plagado de árboles y canchas vacías, en el bullicio de la capital y a pocos metros de los tribunales, la dirigencia de la AFA hace política e intenta dar explicaciones.
Martino empinó una vez más el pocillo de café y sentenció, con evidente malestar, que el futuro de los seleccionados juveniles es "totalmente incierto".
"Me gustaría que eso esté resuelto. Di mi opinión, la que me parecía que tenia que dar, mi mirada, y a partir de ahí está todo en manos de la dirigencia. Ahora los tiempos míos están estrictamente vinculados a este trabajo (con el seleccionado mayor)", agregó el rosarino.
Está resignado y por eso apunta sólo a intentar sacar lo mejor del equipo, con la Copa América Centenario y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro como objetivos principales en el futuro inmediato. El lenguaje corporal mucha veces dice más que las palabras que salen de la boca del protagonista.
Martino mueve los pies constantemente y apoya con firmeza sus manos en los costados del sillón. "Estoy totalmente alejado de los temas que tienen que ver con la política (de la AFA) y la Justicia", dijo en la entrevista con esta agencia.
Martino habla seguido con Claudio Chiqui Tapia, quien reemplazó a Juan Carlos Crespi en el departamento de selecciones, y poco más.
"Con el resto de la dirigencia tengo poco contacto", confió.
Es que el presidente Luis Segura, raleado en su poder después de las elecciones frustradas de diciembre y apuntado en la causa en la que se investiga el destino de las millonarias sumas de dinero que el Estado le dio a la AFA por Fútbol para Todos, está cada vez más lejos del entrenador, y el resto de la dirigencia juega su juego y atiende sus intereses en la carrera política de cara a las elecciones de junio.
Martino sabe que debe intentar navegar en un mar de aguas muy turbulentas, pero no se resigna y, como cuando jugaba, quiere parar la pelota, levantar la cabeza y mirar hacia adelante. Ya no queda café y la pausa la hace tomando un sorbo de agua.
Las palmas de sus manos se juntaron sobre las rodillas y largó la frase que tenía guardada desde el comienzo de la entrevista: "Tenemos una intención de juego que vamos a seguir llevando a cabo. Hay barreras que esta intención de jugar tiene que romper, que son puntuales, como la importancia de un partido o vernos en una tabla de posiciones fuera de la Copa del Mundo, por ejemplo".