La Champions League comenzó con una confirmación que no por esperada deja de ser destacable: Tras una década larga escribiendo, analizando, viendo y discutiendo acerca de la rivalidad entre Leo Messi y Cristiano Ronaldo, el testigo ya lo tomaron Erling Haaland y Kylian Mbappé. Ambos se estrenaron con un doblete y mostrándose decisivos, determinantes, brillantes y monumentales mientras el argentino empieza a ser secundario y el portugués ha desaparecido del torneo, en una recta final de carrera muy alejada de lo que debería esperar.
Fueron las primera figuras de una jornada que tuvo otros destacados comenzando por el martes: la lesión de Karim Benzema en Escocia, el despido (ya esperado) de Domenico Tedesco tras el derrumbe del Leipzig, el menos esperado de Thomas Tuchel después de la derrota del Chelsea en Zagreb, el golazo de Grimaldo para despertar al Benfica o el hundimiento de un Sevilla en el que la permanencia de Julen Lopetegui está más en el alero que nunca.
Pero llegó el miércoles... Y apareció Lewandowski, para no marcar dos goles, sino tres y redemostrar que a sus 34 años está en disposición de pelear por ser el mejor jugador del torneo.. Aunque sea una evidencia que el futuro se dibujará, escribirá y discutirá alrededor de los nuevos llegados. Fue Lewa magnífico en un Barcelona coral y fue el coral espectáculo de un Napoli que atropelló al Liverpool de forma impensable como hizo el Ajax. Y fue Griezmann, sobre la bocina, otra vez decisivo.
GRUPO A: INAUDITO Hace 11 días el Liverpool igualó (9-0) la mayor goleada de la historia de la Premier League. En Nápoles, la otra cara, encajó una goleada olvidada. No encajaba el Pool cuatro goles desde febrero de 2021 (1-4 vs Manchester City) y en la Champions desde la semifinal de 2018 (4-2 en Roma). Otra vez fue en Italia, en el sur, donde el Napoli logró una hazaña que se entendía imposible de comprender. Mientras en Amsterdam, el Ajax, vistoso y rápido, atropellaba al Rangers sin despeinarse
GRUPO B: EL SALVADOR Hay una cláusula en el contrato de cesión de Griezmann que dice que debe jugar al menos 30 minutos en un determinado número de partidos para que el Atlético de Madrid ejerza obligatoriamente su compra... Y Simeone, siempre, le saca a jugar después de cumplirse el minuto 61. Lo hizo este miércoles ante el Porto ganando por la mínima el equipo colchonero y le regaló la victoria en el minuto 101, cinco después de que un penalti le diera la igualada al equipo luso. Sumó el Atlético una victoria tan agónica como ajustada fue la del Brujas sobre el Bayer Leverkusen, bastándose con una diana de Sylla cerca del descanso.
GRUPO C: FESTIVAL POLACO Lewandowski debió ver por televisión la exhibición de Haaland y la efectividad de Mbappé y decidió responder. Y lo hizo a lo grande, con un hat-trick que catapultó al Barça a su mayor goleada en Europa en dos años para olvidar la depresión y buscar la felicidad a través de un equipo nuevo a lomos de un goleador majestuoso. La próxima semana deberá pasar un examen mayúsculo en Múnich frente a su antiguo Bayern, que ganó, con solvencia, en San Siro a un Inter que quiso pero no pudo.
GRUPO D: REBELIÓN EN FRANKFURT La alegría por el título de la Europa League dio paso a la realidad, deprimente, de un Eintracht que fue vapuleado en Frankfurt por un Sporting tan seguro en su área en la primera mitad como magnífico en la contraria después y que le goleó sin más mientras en Londres la expulsión de Mbemba al comienzo de la segunda mitad acabó pesando demasiado en un Marsella derrumbado en cinco minutos eléctricos de Richarlison, que empieza a demostrar el acierto de su fichaje por el Tottenham.
GRUPO E: SIN PIEDAD El Chelsea cambió de manos y a la nueva propiedad no le tembló el pulso para despedir al entrenador que hace apenas quince meses le llevó a la conquista de la Champions. Un irregular inicio de temporada en la Premier (dos derrotas y un empate en seis jornadas) no parecía ser suficiente. Pero el KO en Croacia ante el Dinamo Zagreb provocó el cese fulminante de Thomas Tuchel. Inesperado totalmente. Ocurrió al tiempo que en Austria el Salzburg le salía contestón al Milan, en el que debutó Sergiño Dest sin que pudiera pasar del empate.
GRUPO F: GOLEADA CON SUSTO El campeón hizo gala a su habitual papel. Comenzó el Real Madrid sufriendo en Glasgow, salvado ante el Celtic por Courtois, y acabó goleando en la segunda parte, con tres goles en apenas cuatro llegadas a la portería de Joe Hart (aquel portero al que despreció Guardiola en el City). La victoria madridista tuvo, sin embargo, un peaje doloroso: Benzema se retiró lesionado, sufre una una lesión muscular en el músculo semitendinoso y una sobrecarga en el cuádriceps que le mantendrá fuera de los campos no menos de dos semanas. El otro partido del grupo vivió la sorprendente victoria, goleada, del Shakhtar en Leipzig que tras ganar apenas dos de los ocho partidos oficiales de la temporada y encajar sendas goleadas ante Eintracht y Shakhtar decidió despedir sin miramientos a su entrenador Domenico Tedesco.
GRUPO G: MONUMENTAL HAALAND El Manchester City dejó contra las cuerdas a Lopetegui con un atropello al Sevilla en toda regla en el que Erling Haaland (dos goles) fue personaje destacado. El papel del noruego en los citizens es soberbio: 12 goles en siete partidos. Pero su carrera en la Champions es sensacional: 25 goles en 20 partidos. Nadie en la historia del torneo había logrado unos números de tal consideración. Al triunfo del City, favorito indiscutible del grupo, se sumó el del Borussia Dortmund, que goleó sin despeinarse al Copenhagen, con un excelente gol de Reus y dos asistencias de un fantástico Reyna.
GRUPO H: REY MBAPPÉ Y príncipe Neymar, genial en la asistencia del 1-0 y que más allá de las críticas que pueda merecer por su estilo de vida es un futbolista que ofrece maravillas en el terreno de juego. Siempre, eso sí, en el PSG, a la sombra de Kylian, el veradero crack del equipo y que anotó los dos goles con que derrotó a una Juventus disminuida por las ausencias (Szczesny, Pogba, Di María y Chiesa) y que, por orgullo, llegó a suspirar con el empate. Mientras, en Lisboa, al Benfica no le resultó fácil superar al Maccabi, que solo cedió a partir del golazo, espectacular, de Grimaldo.