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Champions: Barcelona destroza al Bayern Múnich

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Aunque duela, el 4-1 es una realidad (1:11)

Moisés Llorens analiza el triunfo de Barcelona sobre Bayern Munich, una victoria con autoridad para los catalanes. (1:11)

A los lomos de un Raphinha imperial, Barcelona destroza a Bayern Múnich en la Champions League.


BARCELONA -- El FC Barcelona es una fiesta. Difícil de clasificar y más aún de comprender la mutación de un equipo que temblaba al escuchar el nombre del Bayern Múnich y se diluía en el campo ante el gigante de Múnich... Su reencuentro en Montjuïc desembocó en una goleada tan insospechada como sorprendente y eufórica. A lomos de un Raphinha imperial, un Barcelona sobresaliente en actitud aplastó al gigante bávaro por 4-1. Para no creerlo...

Escuchar 'olés' en la grada durante un partido contra el Bayern no lo habría creído ni el más convencido de los aficionados. Probablemente tampoco demasiados jugadores. Después de seis dacerrotas consecutivas, de goleadas y humillaciones, de agachar la cabeza y apretar los dientes a cada burla de Thomas Müller, el Barcelona se dio el gusto de arrodillar a su mayor pesadilla en Europa.

No se borrará el 2-8 de Lisboa, claro, pero el Barcelona puede volver a mirar a la cara a ese equipo alemán que en el pasado reciente le masacró y despreció. No solo le miró a la cara, se la rompió, literalmente, con una exhibición de sufrimiento, de entrega, orgullo y coraje. Puede sospecharse que el 3-1 del descanso fue excesivo porque mientras los alemanes llegaron pero no supieron sacar provecho de su verticalidad, los de Hansi Flick no desperdiciaron nada.

Fue Raphinha de entrada el que marcó apenas comenzar y fue Fermín, de nuevo titular tras su lesión, el que por dos veces rompió a la defensa del Bayern. Empató Harry Kane... pero cuando más sufría el Barcelona el revoltoso Fermín le obsequió el 2-1 a Robert Lewandowski para, al límite del descanso, aparecer Marc Casadó regalando un pase soberbio a Raphinha... que el brasileño, enorme, convirtió en un 3-1 tan engañoso como eufórico.

La segunda parte sí fue un festival. Pedri, Lamine Yamal... y Raphinha. Una contra monumental, un pase profundo excelente y una cabalgada, con gol, sobresaliente. El 4-1 antes de llegarse a la hora de un partido que casi murió allí porque ni queriendo ni sin querer el Bayern fue capaz de mostrar las costuras de un Barcelona que pudo lograr aún más goles.

Enorme noche. Un golpe sobre la mesa del Barcelona, un aviso a navegantes. Un aviso a Europa y otro al Real Madrid. Esto es una fiesta...