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El futuro de Lionel Messi, ¿en el aire?

Y Messi, ¿qué? Acabado el desastre de Lisboa, escuchado el terrible discurso de Gerard Piqué, el impersonal de Quique Setién y el descorazonador de Josep Maria Bartomeu, la figura de Leo Messi se catapultó al primer plano.

El capitán azulgrana, protagonista de excepción en la peor humillación que se recuerda en el Barcelona abandonó el estadio Da Luz en silencio. Y apenas minutos después comenzó a circular el rumor que su enfado y frustración era de tal consideración que, incluso, pondría en duda su continuidad en el club más allá del final de su contrato en 2021.

La cadena Cope lanzó que Leo exigiría, sin reservas, un cambio absoluto a todos los niveles, una reestructuración total para plantearse una renovación de contrato al acabar la próxima temporada y aunque fuentes cercanas al propio jugador aseguraron desconocer su reacción al acabar el encuentro frente al Bayern y dieron por hecho que el capitán "no va a exigir ninguna dimisión de nadie", la tristeza del momento no descartaría que pudiera replantearse su futuro deportivo.

Que la salida de Quique Setién estaba ya sentenciada era una evidencia. La relación de Messi con el entrenador cántabro nunca fue lo cercana que se mantuvo con Valverde pero, más aún, con el paso de las semanas, ya antes del parón y mucho más tras el regreso de la competición, sus diferencias fueron en aumento, conociéndose en los despachos que el cambio en el banquillo está cantado.

A partir de ahí, sin embargo, para Messi se entiende un presente y futuro inmediato que recuerda a sus peores días con la selección argentina. Una frustración de tal consideración que no descartaría un golpe de efecto en primera persona que le llevase a tomar una decisión drástica como hizo retirándose del equipo nacional. Allí volvió, aquí, desde luego, una salida no tendría vuelta atrás.