En la edición de la UEFA Champions League que culminará este domingo con la final entre París Saint Germainh y Bayern Munich en Lisboa, la pandemia cambió todo.
Tras una primera fase rutinaria, la edición 2019/20 se convirtió en una competencia diferente. En octavos de final comenzaron las sorpresas, luego el COVID-19 causó una interrupción de casi cinco meses y se terminó jugando una fase final distinta, a partido único y en una sola sede.
La fase de grupos, disputada de septiembre a diciembre del año pasado, no tuvo mayores sorpresas. El equipo de más relevancia en quedar eliminado fue el Inter de Milán, pero fue algo que entraba dentro de la lógica considerando que compartía zona con Barcelona y Borussia Dortmund.
La noticia, en todo caso, fue que se estableció la mejor marca goleadora en fase de grupos, con 308 anotaciones en 96 partidos. Y hubo otra marca curiosa para confirmar lo predecible que había sido la primera fase: los 16 clasificados a octavos de final pertenecían a las cinco grandes ligas de Europa: España, Inglaterra, Italia, Alemania y Francia.
Pero al comenzar la eliminación directa el panorama cambió. Por un lado, en la parte superior del cuadro y antes de la pausa obligada por el coronavirus, cayeron los dos ingleses que habían sido finalistas de la edición 2018/19: Tottenham Hotspur ante el novato Leipzig y el campeón vigente, Liverpool, frente al Atlético Madrid.
Por el otro, en la llave inferior, hubo que esperar desde el 12 de marzo, el día en que la UEFA decretó la suspensión de sus competencias, hasta el 7 y 8 de agosto, cuando se pudieron completar los partidos de vuelta. Y fue el turno de dos grandes para despedirse: la Juventus, favorita ante Olympique de Lyon, y Real Madrid, tricampeón de 2016 a 2018, frente a un Manchester City que parecía, finalmente, estar listo para dar el gran paso.
Los ocho equipos en competencia se encaminaron entonces hacia Lisboa, Portugal, para una definición distinta, ya que todas las series se jugarían a partido único en la misma ciudad. Con ese formato, había más margen para las sorpresas, y los cuatro cruces de cuartos de final tuvieron lo suyo.
El Leipzig abrió la cuenta eliminando al Atlético, mientras que Atalanta estuvo a punto de dejar afuera al poderoso París Saint Germain, que marcó dos goles en los minutos finales para dar vuelta el encuentro.
Se sabía que Bayern Munich vs Barcelona era un partido de pronóstico abierto, con lo cual una victoria alemana estaba dentro de los cálculos. Pero no por el marcador de 8-2 que le imprimió carácter de catastrófico… para el Barcelona, que como consecuencia perdió a su entrenador, Quique Setién, y encara una renovación profunda de su plantel.
El último cruce no fue la excepción y el Olympique de Lyon dejó afuera a un Manchester City que, una vez más, se quedó con las manos vacías en Europa.
En las semifinales volvió la normalidad, y los duelos franco-alemanes fueron uno para cada lado, pero en ambos casos por el mismo marcador (3-0) y para quienes llegaban como favoritos: PSG sobre Leipzig y Bayern Munich sobre Lyon.
Solamente queda por delante la gran final, entre dos equipos que atraviesan un gran momento y que tendrán como objetivo sellar el triplete, tras haberse adjudicado tanto liga como copa en sus países.
Bayern Munich tiene a la historia de su lado, con cinco “Orejonas” en sus vitrinas. También, un funcionamiento colectivo envidiable y la confianza bien alta tras haber apabullado al Barcelona.
París Saint Germain querrá conseguir el trofeo que le falta y para el que en estos últimos años ha gastado cientos de millones en las figuras, que, espera, estén a la altura del desafío este domingo.