Pablo Repetto dirigió seis meses a Nacional con 55 por ciento de rendimiento. Su estilo gustó poco a los hinchas.
El DT uruguayo asumió por la crisis de resultados de Jhon Bodmer en la liga local y en la fase previa a grupos de Conmebol Libertadores en febrero. Encontró un contexto adverso con tensión entre los dirigentes y un sector de los aficionados, además de bajos rendimientos de jugadores.
Ordenó el equipo y lo hizo práctico. Estableció sumar puntos como prioridad para entrar a los cuadrangulares. Cumplió en las primeras jornadas pero cedió en el tramo definitivo y terminó eliminado antes de la fecha 19. Finalizó 12 con 24 puntos a cinco del octavo clasificado.
La nueva dirigencia trajo refuerzos con pasado en el club: Edwin Cardona, Jorman Campuzano, David Ospina junto con Alfredo Morelos, William Tesillo y Dairon Asprilla.
Con más tiempo de trabajo no consiguió la identidad de fútbol verdolaga. Ganó cuatro partidos en siete fechas del segundo torneo local, pero no consiguió que la gente se identificara con lo que mostró en la cancha.
Otras versiones periodísticas apuntan a que tenía diferencias con algunos jugadores del plantel.
Hasta el momento, Nacional no precisó las razones de su salida. Tampoco el sucesor.
En seis meses, Repetto dirigió 17 partidos. Ganó ocho, empató cuatro y perdió cinco. Hizo 21 goles, recibió 15. Su rendimiento es del 55 por ciento.
Dejó el equipo tercero con 13 puntos, a tres del líder Once Caldas.