Ante el mal momento de México y la falta de consolidación de Canadá, Estados Unidos se presentó como la máxima esperanza de CONCACAF para llegar lejos en la Copa América.
La selección de Estados Unidos vive un momento inédito: la oportunidad de enfrentar la Copa América en suelo propio, con una generación dorada de futbolistas más que dispuestos a mostrarle al mundo que el equipo norteamericano ha crecido en nivel frente a las potencias de CONMEBOL que históricamente dominan la región.
El equipo de Gregg Berhalter recibió en el sorteo del torneo a un grupo donde no se anticipaban problemas para calificar a los cuartos de final. En su partido de debut, Estados Unidos no se despeinó en la victoria de 2-0 sobre Bolívia, pero no hizo mucho para calmar las dudas sobre si podrá lidiar con las expectativas de cara al torneo.
“Creo que pudimos haber anotado más goles [ante Bolivia]”, dijo Christian Pulisic, capitán de las barras y las estrellas, quien además marcó el gol inicial apenas al tercer minuto.
El grupo de jugadores que lleva Estados Unidos a esta competencia es, quizás, el grupo más talentoso en toda su historia. Pulisic viene de una gran campaña con el AC Milan, mientras que Weston McKennie hizo lo propio en la Juventus, donde hace par con Timothy Weah. En total, Berhalter convocó a cinco jugadores de la Premier League, cinco de Serie A, y tres de Bundesliga, entre otros. Apenas tres juegan en MLS, la liga local.
Ante Panamá en la ciudad sureste de Atlanta, los estadounidenses tendrán otra oportunidad de ir creando confianza y de paso, prácticamente asegurar su pase a la siguiente ronda con una victoria contra los canaleros. Históricamente, Estados Unidos domina los enfrentamientos directos ante su rival de CONCACAF: han ganado 17 de los 26 partidos que han disputado.
Asumiendo que Estados Unidos pueda superar la prueba que suponen los centroamericanos, la dificultad se elevará de forma significativa cuando se enfrenten a Uruguay, equipo comandado por Marcelo Bielsa y actualmente en el puesto 14 del ranking FIFA, tres debajo del equipo de Berhalter.
Si bien Estados Unidos no ha vencido a Uruguay desde 2002, son pocos los enfrentamientos históricos entre las dos naciones: en siete partidos, los norteamericanos han ganado dos, los sudamericanos uno y son cuatro empates entre los dos. En el único antecedente de Copa América, Uruguay venció 1-0 a Estados Unidos en 1993.
Brasil, Colombia y Uruguay esperan en rondas finales
En apenas dos ocasiones - 1995 y 2016 - la selección de Estados Unidos ha logrado meterse a las semifinales de la Copa América. Aunque en esta ocasión se espere quizás un rendimiento similar, no será nada fácil el camino a los últimos cuatro.
En el Grupo D, el cual se cruzará con el que enfrenta Estados Unidos, están Brasil y Colombia. El empate en el partido entre Brasil y Costa Rica significa que, actualmente, la Selecao está en segundo lugar de su sector. Faltando dos jornadas, la combinación de resultados posibles no descarta que Estados Unidos se enfrente a cualquiera de los dos rivales en cuartos de final.
Ningún escenario acaricia. Estados Unidos suma una victoria en 21 partidos ante Brasil, mientras que Colombia acaba de recetarle una paliza de 5-1 el 8 de junio, en partido amistoso previo a la Copa América. Los estadounidenses enfrentaron ese duelo con la gran mayoría de su cuadro titular, mientras que los cafeteros se dieron el lujo de descansar a algunos de los suyos.
Asumiendo que logran superar aquella barrera en cuartos de final, se podrían enfrentar nuevamente a los charrúas, o bien ahora sí estar frente a uno de los equipos antes mencionados del Grupo D.
¿Serán favoritos en el Mundial 2026?
El único equipo en la historia de CONCACAF en llegar a una final de Copa América es precisamente México, el rival más grande de los Estados Unidos a nivel futbol. En 1993 y 2001, los aztecas cayeron frente a Argentina y Colombia, respectivamente. Poder igualar (o incluso superar) lo hecho por México en esta competencia tendría un sentido más que especial por el momento actual que viven ambos equipos, y lo que puede significar de cara el 2026.
Estados Unidos, México y Canadá serán los anfitriones del próximo Mundial de la FIFA, y una Copa América fuerte por parte del equipo de Berhalter será clave para llegar con fuerza a la siguiente Copa del Mundo, 32 años después de la primera vez que la recibieron y que se puso en marcha la maquinaria futbolística del país que lo tiene en su momento actual.
Dentro de la nómina de la Copa América, Estados Unidos cuenta apenas con dos jugadores mayores a 30 años, el defensa Tim Ream (36) y el arquero Sean Johnson (35), por lo que se entiende que el equipo sigue en ascenso gracias a la juventud que posee. Pulisic, su máxima figura, tiene apenas 25, mientras que Gio Reyna, Yunus Musah y Ricardo Pepi, todas promesas que ya juegan en Europa, tienen 21 cada uno.
Antes de adelantarse a cualquier eventualidad, el camino a cambiar la narrativa está clara: hacer una buena Copa América. Ninguno de los países sedes tendrá, obviamente, campaña eliminatoria rumbo al Mundial, por lo que este torneo cobra mayor importancia.
Berhalter, por su parte, también necesitará probar que puede tener una gestión ascendente, ya que la decisión de US Soccer de traerlo de vuelta para el periodo 2022-26 fue mal visto por buena parte de la afición. Si Estados Unidos no levanta en lo que resta del torneo actual, bien podría pasar de ser un equipo ascendente de cara al Mundial que tendrá como sede, a buscar técnico nuevo a medio proceso.