Colombia terminó la ronda de grupos líder e invicta en Copa América tras el empate 1-1 con Brasil en California. Creció en personalidad, juego aéreo y en fuerza física.
Fue aplaudida en los tres estadios en los que sumó sus siete puntos. Conectó con la gente, intimidó rivales y añadió variantes a una idea de juego cada vez más consolidada. El balance es positivo para afrontar los cuartos de final ante Panamá.
Hay más autoridad
El inicio ante Brasil fue nervioso. Se dejó meter atrás, tuvo juego fuerte y recibió gol a los 12'. Se recuperó pronto del mal momento y empató a través de una acción tradicional en esta etapa de Néstor Lorenzo. Llegada de Daniel Muñoz en modo extremo derecho y definición precisa en el área. Eso habla de la personalidad de la Selección.
Fue al frente, recuperó confianza y dentro de sus formas consiguió el 1-1. Pudo ganar.
"Manejamos bien la situación y creo que hemos asumido riesgos, pero no hemos sufrido demasiado. Por momento lo dominamos, jugamos mejor. Tendríamos que haber ganado, pero hay que seguir con los pies en la tierra, paso a paso”, dijo el DT.
Mejor físicamente
Las altas temperaturas no afectaron su condición física en la primera ronda ante rivales de roce y viajes de desgaste. Colombia lució más entera ante Paraguay, Costa Rica y los brasileños. Reparte los esfuerzos para recuperar la pelota y respaldar a James para que pueda moverse con más libertad en ataque.
Poderosa en juego aéreo
La mitad de sus seis goles los hizo de cabeza. Se hizo costumbre en la Copa que cada centro de James fue determinante. Lo probó ante los auriverdes con otro frentazo de Davinson Sánchez que anuló el VAR por un fuera de lugar discutible.
Autocrítica de Lorenzo
El entrenador fue muy claro en lo que debe corregir el equipo. “Siempre hay aspectos para mejorar. Algunas salidas, toques cortos que quedaron ahí, peligrosos. Y lo del final, porque podíamos terminar jugando en campo de ellos y jugamos para atrás y nos dejamos presionar. Y lo de la amarilla de Lerma también”.