Un 24 de junio de 2015, la Selección Chilena enfrentaba a un siempre complicado Uruguay por el paso a semifinales de Copa América. La Celeste se ponía en el camino del elenco de Sampaoli, que buscaba el primer título continental de la Selección Nacional y de la Generación Dorada.
Aquella noche, los ojos de los fanáticos estaban puestos en Alexis Sánchez, Arturo Vidal, Charles Aránguiz y Eduardo Vargas, principales figuras del equipo, pero el héroe terminaría siendo otro: Mauricio Isla, quien grabó su nombre con letras doradas tras anotar el único gol del partido para la agónica victoria.
Como era de esperar, el compromiso fue friccionado, con mucho roce, pierna fuerte y sin muchos espacios, por lo que el duelo debía resolverse mediante alguna genialidad. La Roja intentó en todo momento ir por el triunfo y llevó las acciones a campo rival, mientras que Uruguay apostaba por el contragolpe con Edinson Cavani como referencia.
Sin embargo, la expulsión del atacante uruguayo en el minuto 63 le puso más problemas a los dirigidos por Tabárez, quienes debieron retroceder las líneas para intentar mantener el 0-0 y estirar la definición a los penales, donde sus posibilidades para clasificar aumentaban.
Las acciones pasaban y los nervios se apoderaban de los hinchas que veían como el marcador no se movía, pero todo cambió a diez minutos del final cuando apareció el "Huaso Isla". La jugada del gol nació desde el sector izquierdo, tras un centro de Eugenio Mena que Muslera dejó picando, el balón lo controló Valdivia, quien se la pasó a Mauricio Isla y éste sacó un gran derechazo que terminó por doblegar el cerco defensivo uruguayo para festejar el 1-0 definitivo para Chile.
Tras la anotación, Isla comenzó una loca carrera de celebración que terminó con una palomita en el césped del Estadio Nacional mientras la totalidad del plantel abrazaba al goleador de la jornada. Los minutos restantes fueron de angustia hasta el pitazo final, momento en que la Roja alzó los brazos al cielo para festejar el paso a semifinales de Copa América.
Y ya son cinco años de ese triunfo épico que se vivió como un campeonato por cómo se dio el partido. Sin duda un paso importante que llenó de fortaleza al equipo chileno para seguir en búsqueda de ese título que finalmente se hizo realidad.