La Copa América siempre ha sido un campeonato complicado para la Selección de Ecuador. De sus 28 participaciones, solo tres veces superó la primera fase y de un total de 122 partidos, solo ganó 16. Sin embargo y más allá de las dificultades históricas de la Tri en el certamen más antiguo del mundo, hay un recuerdo grato: el de la edición de 1993 en casa.
Tres veces el combinado ecuatoriano logró avanzar de fase. La primera fue en su tercera oportunidad como sede. Fue el logro más visible de Dusan Draskovic, el hombre que llegó a la dirección técnica del seleccionado en 1988 y lideró un proyecto de formación de juveniles que fue clave para el debut en Copas del Mundo en 2002.
El montenegrino ya llevaba varios años de trabajo desde su arribo en 1988. Gracias a ese tiempo de trabajo logró formar un equipo competitivo, con una buena columna vertebral formada por Luis Capurro, Raul Noriega, Héctor Carabalí, Álex Aguinaga, Raúl Avilés y Eduardo Hurtado.
Debutó con una espectacular goleada 6-1 sobre Venezuela y demostró que el poderío ofensivo iba a ser una gran virtud. Luego superó por 2-0 a un Estados Unidos que se preparaba para el Mundial del año siguiente. Cerró la fase de grupos con una de las victorias más importantes de su historia, 2-1 contra Uruguay gracias a los goles de Avilés y Aguinaga.
Haber finalizado primero le permitió mantener la localía en Quito, donde enfrentó a Paraguay. No tuvo problemas en ganarle al equipo de José Luis Chilavert por 3-0 y meterse entre los cuatro mejores.
En semis chocó con México y hasta allí llegó su aventura. Cayó 2-0 y tuvo que conformarse con el indeseable duelo por el tercer puesto. En Portoviejo perdió contra Colombia y cerró así su primera actuación para el elogio. Hoy. 28 años más tarde, va por otra campaña para el recuerdo.