Luis Díaz abrió la cuenta frente a los brasileños con un golazo de media vuelta a los 10 minutos de partido. En el final a Colombia se escapó el empate, pero lo que dejó el guajiro es un mimo para tolerar el duelo por la derrota.
Es uno de esos goles que merecen festejarse con público y con puntos en el bolsillo. No se pudo. Sin embargo, queda el consuelo de una jugada elaborada con precisión y efectividad.
La Selección sorprendió a los favoritos por su juego en bloque corto. Así fabricó el 1-0 desde izquierda a derecha a un toque. La pelota pasó por Matheus Uribe, Wilmar Barrios, Duván Zapata, Juan Guillermo Cuadrado y aterrizó en el área para la pierna derecha del atacante.
El golazo empoderó a Colombia. Multiplicó la solidaridad y enredó a los de Tite. Los obligó a tirar centros entre la confusión.
En el complemento sintió la arremetida. Aguantó cerca del área y perdió la concentración tras el empate. En la última jugada soltó a Casemiro para el 2-1.
Entre la desazón hay un motivo para celebrar. Es cortesía de Luis Díaz, dueño del mejor tanto de la Copa América. Verlo de nuevo, alivia la tristeza por una derrota injusta.