Estar en el lugar justo en el momento indicado. Así puede definirse la llegada de Lionel Scaloni a la conducción de la Selección Argentina. Un cargo con el que muchos técnicos de experiencia soñaron, pero nunca alcanzaron.
La lista de potenciales candidatos a ocupar este puesto, seguramente con más chapa, trayectoria y nombre que el de Scaloni, es muy larga. Pero ese lugar de privilegio hoy parece ser indiscutido, sobre todo luego del título en la Copa América.
¿Quién es Scaloni y cuáles fueron sus méritos para estar dónde está?
Nació el 16 de mayo de 1978 en Santa Fe; como jugador dio los primeros pasos en Newell's, como volante por la derecha; luego pasó a Estudiantes de La Plata. Muy joven se fue a Europa, donde tuvo una larga carrera en Deportivo La Coruña: allí ganó cuatro títulos y es ídolo. También jugó en West Ham, Racing de Santander, Lazio, Mallorca y Atalanta.
Como jugador de Selección, en juveniles fue campeón con el Sub 20 de Pekerman, ganador del Mundial de Malasia 1997 (jugó siete partidos y anotó dos goles). También disputó el Mundial de Alemania 2006, aunque sólo jugó un partido.
Era un volante con recorrido y entrega, y no le faltó gol: sumó 27 en su carrera. Se retiró en 2015 y decidió vivir en Mallorca, donde se lo suele ver andar en bicicleta: estando allí, en 2019, sufrió un accidente por la imprudencia de un conductor.
Jorge Sampaoli, cuando llegó a Sevilla en 2017, lo llevó al club andaluz como colaborador: su misión era, entre otras, analizar a los rivales de turno. Luego, el entrenador de Casilda lo convocó a la Selección.
La gran sorpresa llegó cuando se anunció el interinato del rosarino en el conjunto nacional. En ese momento, tras el papelón de Rusia 2018, la Selección era un caos. Sampaoli había renunciado y el plantel estaba a la deriva.
Scaloni había participado de ese ciclo de Sampaoli como ayudante de campo, pero decidió seguir cuando el DT fue obligado a renunciar. “Le comuniqué que mi intención era seguir en la AFA. En principio pensé que podría seguir entrenando a los Juveniles, pero no imaginé que llegaría a la mayor”, reconoció en alguna ocasión.
La decisión de seguir cuando Sampaoli, quien lo había llevado, fue echado, no cayó bien en el ex-DT albiceleste, que vio ese gesto como una traición por esos viejos códigos del fútbol que dicen: “Si venís conmigo, te vas conmigo”.
Dicen que fue el Chiqui Tapia, presidente de AFA, quien comenzó a intuir que Scaloni tenía algo que lo podría llevar a conducir a la Selección mayor. La buena relación que mantenía con el plantel y sobre todo con Messi, el perfil bajo, el conocimiento que tenía del fútbol europeo, ayudaron a que Tapia le diera una chance con el interinato, mientras aparecía el entrenador ideal.
Pero el entrenador ideal nunca llegó. Primero, Scaloni dirigió la Sub 20 en el torneo internacional de L’Alcudia 2018. La buena actuación (ganó el título) le dio aire para seguir avanzando.
Y de a poco, tras varios partidos amistosos como interino, fue confirmado a cargo de la Selección mayor. Hay algo para destacar, que no es un dato menor: Scaloni está acompañado por Pablo Aimar, Walter Samuel y el Ratón Ayala, tres referentes de la albiceleste y conocedores como pocos del vestuario de la Selección. Dentro del plantel hay un enorme respeto por los integrantes del cuerpo técnico, por sus trayectorias. Sin embargo, lo curioso del caso Scaloni es que se convirtió en DT de la Selección sin dirigir previamente en otro club.
Su llegada coincidió con una renovación obligada, renovación que había que hacer en el equipo por una cuestión generacional. Aunque ahora parezca natural, de a poco se fueron haciendo comunes y conocidos nombres que no estaban en el radar de muchos fanáticos del fútbol: Cuti Romero, Guido Rodríguez, Nico González, entre otros, empezaron a sonar en la formación titular, siendo gratas sorpresas. Mérito del DT.
Los resultados acompañaron: en Eliminatorias, el equipo está segundo detrás de Brasil. En la última Copa América el conjunto nacional terminó tercero, perdiendo un polémico partido con la verdeamarela en semifinales.
Ahora, logró la gesta en el Maracaná, quebró la racha de 28 años sin títulos y su nombre quedará grabado en la historia.
Mientras tanto Scaloni ya empieza a tener a sus “scalonistas”, esos hinchas que lo apoyan a full y que confían en todas sus decisiones. Se lo ganó en poco tiempo. Con méritos y capacidad, sin dudas. Pero estando en el lugar justo en el momento indicado.