La era de Marcelo Gallardo como entrenador en River Plate dejó múltiples momentos memorables. De todo tipo. Épicos y polémicos, felices y tristes, serios y graciosos, futbolísticos y bizarros. Aunque un proceso, por emplear un cliché amigable, se construye en el tiempo, también se apoya en un montón de pequeñas situaciones que van dándole forma. Como partículas en la materia o, en definitiva, el todo constituido por la suma de sus partes. Una ocurrió en un partido ante Libertad en Paraguay. Vale la pena revisarla ahora que estos equipos vuelven a encontrarse por la fase de grupos de la CONMEBOL Libertadores. Este miércoles 24, desde las 21, en un duelo que se verá en vivo por Star+ (solo para Sudamérica).
En situaciones así aparece, también, lo que en norteamérica se llama un "what if". O, enmarcado en la teoría del caos, el efecto mariposa, un fenómeno que describe la influencia mayor de pequeñas variaciones en las condiciones iniciales de un sistema. Ashton Kutcher estaría orgulloso. O no.
El Libertad-River de 2014 que pudo cambiar la era Gallardo
Para recordar una de las noches más caóticas de la era Gallardo en River, entre varias que podrían, por A o por B, seguir la consigna, hay que situarse en el 16 de octubre de 2014.
Ese jueves primaveral, un River que arrasaba en el plano local y, de la mano del Muñeco, todavía arrastraba un invicto que había iniciado con Ramón Díaz sentado en el banco, tenía su primer viaje al exterior. De hecho, era tan solo el segundo del club en el último lustro (el otro, una derrota ante Liga de Loja en Ecuador, en septiembre de 2013), año en la B Nacional mediante, pero en Núñez se ilusionaban con que fuera el primero de muchos. Y así fue.g
Pero ese River, que volaba en la cancha e identificaba a sus hinchas como no había sucedido en al menos una década, recién atravesaba sus primeros pasos, con más éxitos que frustraciones (de momento, solo la eliminación de la Copa Argentina, por penales ante Rosario Central). Y la visita a Libertad en Paraguay, por los octavos de final de la CONMEBOL Sudamericana, era de riesgo.
En la ronda anterior, River había eliminado a Godoy Cruz con un gol de Germán Pezzella sobre la hora en la ida y un doblete de Rodrigo Mora en la vuelta.
El foco ya estaba puesto en Paraguay, concretamente en el Estadio La Huerta (o Dr. Nicolás Leoz), ubicado en en el barrio Las Mercedes, al noreste de la ciudad de Asunción.
Allí, la noche empezó adversa para el Millonario, porque el equipo dirigido por Pedro Sarabia, un conocido de la casa (vistió la banda roja entre 1997 y 2002), se adelantó al final del primer tiempo gracias a Claudio Vargas, quien aprovechó una floja reacción de Marcelo Barovero.
Dos apagones y un penal marcaron ese Libertad-River
El momento que cambió el partido tuvo lugar en los albores del complemento. Pezzella, que transitaba sus últimos meses en el club y terminaría siendo clave en esa Copa, interceptó un centro con la mano y cometió penal, lo que podía convertirse en el 2 a 0 del equipo paraguayo.
Cuando Hernán Rodrigo López iba a hacerse cargo del lanzamiento desde los 12 pasos, buscando su segundo gol en un Libertad-River, ya lejos de aquel partido de la Libertadores 2006, todo se apagó. La Huerta prescindió de la fotosíntesis artificial y el encuentro ingresó en una especie de giro dramático...
El partido estuvo interrumpido por 20 minutos. Los protagonistas, para no enfriarse, se mantenían en movimiento y en contacto con el balón. El Rorro pensaba adónde patearle a Trapito, con quien había compartido plantel durante sus dos años en Vélez.
Después de esa (eterna) espera, el delantero uruguayo le erró al arco y River se iluminó. Cinco minutos después, Ramiro Funes Mori -en modo lateral izquierdo- fue hasta el fondo, peleó una pelota que parecía perdida y habilitó a Carlos Sánchez, quien igualó el cotejo.
Y un nuevo corte de luz, este de 10 minutos, volvió a ser protagonista, pero el nuevo parate volvió a potenciar a River, que tras cartón liquidó el pleito con goles de los juveniles Sebastián Driussi y Giovanni Simeone y encaminó la serie, sentenciada una semana después en el Monumental (2-0 con goles de Gabriel Mercado y Gio Simeone.
Durante sus exitosísimos ocho años y medio en el club, Gallardo, acompañado y respaldado por sus dirigidos, supo aprovechar las situaciones de potencial vulnerabilidad para salir fortalecido. Y el recordado 3-1 a Libertad, que en el banco de suplentes tuvo a Adalberto Román, fue uno de esos primeros efectos mariposa del legendario Muñeco.
Luego, el conjunto de Núñez eliminó a Estudiantes, Boca y Atlético Nacional y se consagró campeón de la CONMEBOL Sudamericana, el primero de los 14 títulos del oriundo de Merlo con el saco puesto.
Este miércoles, por la tercera fecha del Grupo H de la CONMEBOL Libertadores, el líder absoluto del fútbol paraguayo cambiará su localía al Defensores del Chaco, con el objetivo de aumentar la recaudación, por lo que el escenario no será el mismo. Pero River, ahora dirigido por Martin Demichelis, buscará también escribir su historia... en la Libertad(ores).