Jugó un gran primer tiempo y recién lo pudo liquidar cerca del final. River Plate ganó 2-1 en la visita a Libertad de Paraguay, por la tercera fecha de la CONMEBOL Libertadores, en Asunción. Así, el Millonario se afianzó como puntero del Grupo H del principal torneo continental de clubes, con tres puntos sobre Nacional de Montevideo, su escolta.
Siempre es importante la reacción después de una derrota dolorosa en un Superclásico. Esa era la principal incógnita de este partido, más allá de su trascendencia en la pelea por la clasificación a octavos de final. Por eso la duda estaba planteada sobre el conjunto dirigido por Martín Demichelis, tras la eliminación en cuartos de la Copa de la Liga a manos de Boca Juniors.
River queria recuperarse rápido tras el mal paso en Córdoba y tenía una oportunidad en esta salida a Paraguay. Y vaya si la aprovechó, al conseguir su tercer triunfo en la misma cantidad de encuentros en la zona para así quedar a un paso de asegurarse el pasaporte a la próxima fase y, al mismo tiempo, exorcizar los fantasmas de una caída que golpeó fuerte.
La primera ocasión de peligro la tuvo el Millonario, a los ocho minutos de juego, con Rodrigo Aliendo ingresando solo al área grande. El volante le pegó fuerte, abajo, y la sacó justo el arquero local, Rodrigo Morinigo. Enseguida, como un aluvión, River tuvo otra posibilidad muy clara, con Pablo Solari, que fue desviada nuevamente al córner. Y otra jugada clave, donde Miguel Borja la tocó para abrir la cuenta en la noche paraguaya, pero intervino el VAR y se lo anularon por posición adelantada. Siguió atacando River, por todos lados, siendo muy superior a Libertad.
Enzo Díaz metió un bombazo ingresando por la izquierda y se sumaban las situaciones de riesgo ante el arco local, con cinco chances peligrosas en el primer cuarto del encuentro. Y después de "perdonar" al adversario, llegó la apertura del marcador a los 34 minutos, gracias a Solari, tras la habilitación justa de Aliendro, para tirarse al piso y tocarla, imposible de salvar para Morinigo.
Rápidamente, a los 40, Matías Espinoza metió un cabezazo letal tras un córner desde la izquierda y el volante que había ingresado por el lesionado Lorenzo Melgarejo logró el 1-1, con claro sello paraguayo. Había llegado muy poco el dueño de casa, pero en la primera chance de riesgo con pelota parada, por arriba Libertad se plantó y consiguió una igualdad clave antes de irse a los vestuarios.
En el arranque del segundo tiempo, Demichelis decidió incluir a Franco Mastantuono, en su debut absoluto en la Libertadores, en reemplazo del Diablito Claudio Echeverri. Y 15 minutos después volvió a mover el banco, con el ingreso de Nicolás Fonseca por Rodrigo Villagra, el de Ignacio Fernández por Aliendo y la entrada de Manuel Lanzini por Esequiel Barco. Ya con un partido más abierto, se hizo de ida y vuelta y ambos pudieron volver a marcar y a la vez sufrieron en sus áreas. A 15 del final, lo puso a Franco Colidio por Solari, agotando las modificaciones de campo.
A 10 minutos del desenlace, apareció la calidad y el oportunismo del pibe Mastantuono, para resolver muy bien, luego de una gran jugada de River, para poner el decisivo 2-1. Fue su primer gol en la mítica Libertadores y el tanto que le dio la victoria fuera de casa. El Millonario hizo los méritos suficientes para imponerse en la primera mitad, se le complicó en el segundo tiempo y al fin de cuentas logró un merecido triunfo. Así, River lo ganó bien pero sufriendo mucho.
Se habían enfrentado por última vez por la Libertadores en los cuartos de final de 2006, cuando Libertad eliminó al Millonario tras empatar 2-2 en Buenos Aires y ganar 3-1 en Asunción. Esta vez, el Grupo H tiene dominio absoluto del equipo de Núñez, que ahora mira más cerca la chance de avanzar a la siguiente ronda.