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Libertadores 1964: el nacimiento de la mística de Independiente y la bronca de Nacional

La Copa Libertadores de América de 1964, por entonces llamada Copa de Campeones de América, se puso en marcha el 3 de abril. Entre los candidatos a ganar el torneo había varios equipos grandes, cada uno con sus características. El Santos de Pepe, que defendía el título e ingresaba directo en semifinales, el Colo Colo de Chamaco Valdés, el Millonarios del Caimán Sánchez y Maravilla Gamboa, el Cerro Porteño del goleador Cecilio Mora, Nacional con José Francisco Sanfilippo como refuerzo estelar e Independiente, que cargaba con la cruz del fútbol argentino que luchaba por conquistar por primera vez la Libertadores.

Nacional, Independiente y Colo Colo ganaron sus grupos y clasificaron a semifinales, donde se sumaban el vigente campeón, Santos de Brasil.

Nacional selló su clasificación a semifinales en los primeros días de mayo y salió de gira por Europa a modo de preparación para el cruce con Colo Colo. Por el otro lado jugarían Santos e Independiente. En esa gira, Sanfilippo debutó en Nacional y terminó marcando 10 goles en 12 partidos. Pero lo que nadie esperaba era que el genio se peleara con el técnico Zezé Moreira.

Fracturan a Sanfilippo

Al regreso de la gira, los tricolores jugaron un amistoso contra Colón de Santa Fe, en el que Sanfilippo marcó cuatro goles. Luego hizo uno ante Fénix, por el Torneo Cuadrangular de la AUF, y dos en Chile, en el juego de ida de semifinales de la Libertadores contra Colo Colo, donde Nacional ganó 4 a 2. Ese triunfo puso a los tricolores en las puertas de la final, pero ocurrió lo inesperado.

El 25 de julio de 1964, Nacional jugó un amistoso contra Vasco da Gama y el Nene sufrió doble fractura. “¡Cómo me voy a olvidar de eso! En primer lugar, contra la opinión de todos, Zezé armó un amistoso contra Vasco da Gama que era totalmente innecesario cuando teníamos encima los partidos finales con Independiente. Vasco jugó fuerte todo el partido y a mí me buscaban especialmente. En el segundo tiempo, cuando ganábamos 2 a 0, sacó a casi todos los titulares para cuidarlos, pero a mí me dejó en el campo. Cuando restaban 10 minutos, en una jugada sencilla, el marcador Fontana se me tira de atrás con mala intención y me quiebra. Pese al dolor recuerdo perfectamente que Zezé no se acercó a interesarse por mi suerte y salió del campo abrazado con Fontana, un jugador al que había dirigido y con el que tenía amistad”, expresó Sanfilippo en Estrellas Deportivas.

Nacional, sin su estrella, selló su clasificación a la final venciendo nuevamente 4 a 2 a Colo Colo en el Estadio Centenario.

La hazaña del Rojo

Mientras el drama se instalaba en Montevideo por la fractura de Sanfilippo, en Argentina los hinchas de Independiente se ilusionaron tras la hazaña del equipo en el estadio Maracaná, el teatro de gala donde jugaba Santos y jamás perdía.

La noche del 15 de julio arrancó mal para el Diablo, ya que a los 35 minutos perdían 0-2. Sin embargo, en una gran reacción, dieron vuelta el partido y lo terminaron ganando 3-2 con un gol de Luis Suárez en la hora.

“Con Santos en Maracaná jugamos el mejor partido de la Copa. Perdíamos 2 a 0. Era una cancha diferente a las de acá, con pasto alto. Nosotros estábamos acostumbrados a que el wing tiraba el centro de rastrón, ponías la zapatilla y te pegaba en la rodilla. Les podríamos haber hecho más goles. El 3 a 2 sobre la hora de Luis Suárez llegó el día de su cumpleaños. De acá habrán ido 50 personas, pero estaba en Río un barco argentino que se llamaba Lapataia y fueron a vernos”, expresó Mario Rodríguez en el libro de la Copa Libertadores de América de la CONMEBOL.

El Rojo selló su clasificación venciendo 2-1 a Santos en Avellaneda.

Las finales

Nacional e Independiente llegaron a la definición. El primer partido se jugó el 6 de agosto de 1964 en el Estadio Centenario. Aquella Copa tuvo la particularidad de que varios partidos -entre ellos todas las semifinales- fueron dirigidos por árbitros europeos. La primera final no fue la excepción y la dirigió el holandés Leo Horn. El partido terminó 0 a 0 y Nacional se quejó por varias decisiones del árbitro.

El partido de vuelta, disputado el 12 de agosto en el estadio de la Doble Visera, lo ganó Independiente 1 a 0 con gol de Mario Rodríguez.

“La llevé desde mi campo y se la di a Pedro Prospitti. Yo piqué al claro y Pedro me la tiró entre medio de Cococho Álvarez y Baeza. Cayó de emboquillada y me quedó atrás. La levanté de taco por arriba de la cabeza y la bajé con el muslo. Ahí vi que salía el arquero Sosa y se la tiré por arriba. Fue una locura. La gente se quedó dando vueltas por la cancha como media hora. Estuve un ratito en el vestuario, agarré el coche con tres amigos que siempre me iban a ver y fui al club del barrio para festejar con los míos”, expresó el autor del gol en el libro de CONMEBOL.

Aquella fue la primera Copa Libertadores que ganó un club argentino. Lo hizo a través del aguerrido equipo de Independiente que conducía Manuel Giúdice y que patentó un saludo al público. Nacía la mística de los brazos en alto.