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Razones de una afrenta: Santa Fe traicionó su coraje y lastimó la tradición de sus principios

La histórica caída contra River Plate en Conmebol Libertadores sacudió el orgullo de Independiente Santa Fe. El equipo se despidió del torneo con muestras de displicencia en defensa, sin autoridad para marcar diferencia y con una nómina liviana desbordada por la exigencia.

Más que una caída, la hinchada santafereña asumió el 2-1 en Buenos Aires como un maltrato a su nobleza que creía a prueba de todo por tantos años de malos resultados. Hubo eliminaciones es cierto, finales perdidas, pero el sentimiento siempre se manifestó en la tribuna con uno de sus himnos más sinceros: “Santa Fe, Santa Fe, muchas gracias Santa Fe”.

Lo que pasó en el Monumental es la consecuencia lógica de un proyecto que tuvo el combustible justo para pelear por el campeonato local. Ese plantel evitó el descenso, se quedó a un gol de un nuevo título, pero mostró sus limitaciones en los partidos internacionales.

No tuvo refuerzos para competir. Michael Rangel, delantero con gol, estuvo dos fechas antes de partir a México. El técnico Harold Rivera insistió con los mismos nombres en ataque. En los cinco partidos de la Copa ninguno de los delanteros marcó.

La pelota quieta suele nivelar situaciones en momentos apretados. Sin embargo, no apareció como respuesta frente a un arquero improvisado. Esa insignia con la que intimidó rivales y dio vueltas olímpicas se refundió entre la falta de coraje que gobernó en Buenos Aires.

La defensa, otra de sus motivos de orgullo, avisó de sus problemas en la serie de cuartos de final del FPC frente a Junior. Torpe, lenta y sin coordinación perdió el prestigio construido por los campeones Yerry Mina, Francisco Meza y William Tesillo. Subestimó el corazón de River y en cinco minutos regaló dos goles.

Tampoco hubo rebeldía. Las ganas de Daniel Giraldo y Kelvin Osorio chocaron contra la indiferencia colectiva. El liderazgo del capitán Leandro Castellanos no levantó la voz para salvar al escudo del desastre.

"Es doloroso, reitero. Por eso hablaba de pensar bien las cosas y analizar muy bien las situaciones. Creo que es mejor en frío tomar las mejores decisiones y veremos qué depara estos próximos días", dijo Rivera.

Santa Fe está herido. Su afición asumió esta derrota como una afrenta a sus valores más sagrados: coraje, sacrificio y el corazón de fuego del león. Una bofetada a su tradición.