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Wanchope Ábila, la carta de gol de Huracán

Wanchope es la figura decisiva del Globo, dentro de un equipo con varias piezas de peso Fotobaires.com

BUENOS AIRES -- Con el gol como obsesión, Ramón Wanchope Ábila se ha transformado en el portabandera de la ilusión de Huracán, que buscará su primer título internacional en 107 años de historia en la final de la Copa Sudamericana con el Santa Fe.

Este cordobés de 1,78 metros y de 26 años, ha logrado descartar todos los interrogantes que despertaba su biotipo robusto y tornarse en uno de los delanteros más potentes del fútbol argentino.

Con 57 goles en 193 partidos y un promedio de 0,30 tantos se ha transformado en un baluarte indispensable para este presente de Huracán, que disfruta el mejor año de toda su existencia.

"Soy un delantero y por ello, vivo del gol y para eso me pagan", "Soy un busca(vida)" y, "Plata y miedo nunca tuve" son algunas de sus frases de cabecera.

Apodado Wanchope por su similitud física con el costarricense Paulo César Wanchope, Ramón Ábila transitó seis temporadas en el fútbol del ascenso argentino antes de desembarcar en la elite.

Instituto, de su provincia natal Córdoba, fue su escuela de formación, junto con el local Unión Florida.

"Cuando crecí, pasó de ser una diversión a un trabajo. Y yo pasé de no tener nada a tener algo y luego a tener mucho. Y no sé si mucho, porque nunca se sabe qué es mucho. Si sé que alguna vez tuve poco y ese poco me marcó" Ramón Ábila

"Cuando crecí, pasó de ser una diversión a un trabajo. Y yo pasé de no tener nada a tener algo y luego a tener mucho. Y no sé si mucho, porque nunca se sabe qué es mucho. Si sé que alguna vez tuve poco y ese poco me marcó", dijo a la revista El Gráfico.

Entre sus símbolos están Carlos Tevez, Diego Klimowicz, exjugador del Rayo Vallecano y el Valladolid, y Daniel Miliki Jiménez, estos últimos dos también referentes del Instituto de Córdoba.

Su llegada a Huracán se produjo a cambio de 2,5 millones de pesos (unos 625.000 dólares de aquel momento).

La sociedad Huracán-Ábila fue uno de los pilares para que desde aquel enero de 2014, el Globo tan sólo cosechara logros hasta llegar a esta final de Copa Sudamericana.

Fue decisivo para ganar en tan sólo una semana la Copa Argentina, segundo título en la historia del club tras el torneo de 1973, y el ascenso a la Primera División tras tres años en la segunda.

Wanchope fue el goleador de aquel torneo que devolvió a Huracán a la elite. En 2015 la temporada ya le deparó la conquista de la Supercopa Argentina a expensas de River Plate.

Y luego, tras su estreno a nivel internacional en la Copa Libertadores, logró convertirse en el goleador de Huracán fuera de las fronteras argentinas, con ocho, superando por dos al legendario Miguel Ángel Brindisi.

"Siento que hice algo importante por Huracán. Pero ahora vamos a intentar escribir una página más en la historia de este club que es uno de los más grandes del país", anunció.

Tras el partido con Santa Fe podría darse el adiós de Wanchope Ábila de Huracán. Con o sin título.