Con su voz entrecortada, el delantero del Saprissa recordó a un ser querido que perdió hace unos días
Ariel Rodríguez no tuvo el protagonismo al que usualmente está acostumbrado en su carrera con el Deportivo Saprissa, pero eso no le impidió tener su momento en la Gran Final ante Herediano donde su equipo lo necesitó y respondió con mucha entrega en cada minuto que estuvo en la cancha.
Este semestre ha sido el que menos ha jugado con el club, apenas llegó a 342 minutos, pero aun así logró tener momentos importantes como cuando consiguió el gol del empate en la final de segunda ronda contra los florenses y luego en esta instancia tuvo que entrar de cambio en el primer tiempo cuando se lesionó Orlando Sinclair y lo dejó todo en la cancha en un partido de mucho choque y pocas oportunidades ofensivas.
“La gente me tenía como si estuviera muerto, pero yo he trabajado y siempre se me han dado las cosas. El fútbol es como la vida hay momentos buenos, malos y regulares, lo importante es tener la cabeza fría y estar preparado para estas cosas que son tan bonitas”, comentó el delantero de Saprissa.
En medio de un momento de tanta alegría por un éxito más en su carrera, Ariel Rodríguez recordó que hace pocos días perdió a su perro, llamado Benito, el cual lo acompañaba desde hace muchos años y que ahora ya no lo tiene con él debido a su fallecimiento.
En el momento que habló de este ser querido que ya no está, Ariel Rodríguez no pudo continua hablando y tuvo la voz entrecortada pues lo califica como el hijo que nunca tuvo, pues es padre de dos hijas, sus más grandes tesoros.
“Si claro, era cómo mi hijo. A veces la gente se burla de esto, pero era el hijo hombre que nunca tuve, así como le dediqué el título 36, también le dedico este que está en el cielo”, explicó Rodríguez con un poco de dificultad para expresar sus sentimientos.
Ariel Rodríguez obtuvo su séptima corona en el fútbol de Costa Rica, todos estos títulos los obtuvo vistiendo la camiseta del Saprissa, club en el que ha estado desde 2012, salvo las interrupciones en las que se marchó para jugar en el fútbol de Asia.