Los ticos jugarán ahora ante Paraguay el próximo martes en Austin, TX
GLENDALE -- En las pantallas del State Farm de Phoenix, Arizona, había una aficionada de Costa Rica, cabizbaja y abrazando la bandera, tras el tercer gol de Colombia. Los seguidores del equipo de Gustavo Alfaro llegaron al segundo partido de la Copa América 2024 ilusionados con repetir la hazaña de Brasil, pero no se pudo.
El heredero del arco de Keylor Navas, Patrick Sequeira fue el obstáculo que sostuvo la ilusión de Costa Rica por media hora. El joven arquero repartió manotazos en el primer tiempo, para evitar que incursiones de jugadores con el nivel de James Rodríguez y Rafael Santos Borré.
En la grada, la afición de Costa Rica continuaba con la fiesta que inició desde antes del compromiso. En el Estadio State Farm de Phoenix, había lunares de playeras rojas con vivos azul y blanco, ante una marejada amarilla, de aficionados colombianos.
La voz de los aficionados de Costa Rica se ahogaba en cada intento de los colombianos por hacerle daño al arco de Sequeira. La estrategia era la misma, resistir, como el que se sabe superado el nivel futbolístico, pero compensa con amor propio.
Así fue Costa Rica, que en la primera media hora caminó por el mismo sendero del empate contra Brasil, hasta que la muralla de Sequeira se rompió. El arquero, tan frágil posición, pasó de héroe a villano, al provocar un penal que convirtió Luis Díaz, del Liverpool, en el 1-0.
Con la necesidad de resultados, Gustavo Alfaro envió al vetusto Joel Campbell a la cancha, pidiendo una primavera más en el otoño de una de las figuras históricas del balompié de Costa Rica.
El sonido local anunció a Campbell y la afición de Costa Rica, poca, pero escandalosa, lo ovacionó. Lástima, el cambio generó más expectativas que resultados. El habilidoso atacante se convirtió en testigo de la goleada colombiana.
David Sánchez, al minuto 59, hizo el 2-0. Ante una defensa de Costa Rica ya derrotada. Había más, con el gol de Jhon Córdoba al minuto 62, que se quitó la playera, se ganó una amarilla, provocó que estallara el “¡Colombia! ¡Colombia! ¡Colombia!” en las gradas, y se ahogó el “¡Costa Rica! ¡Costa Rica!”, rompió las ilusiones.