La del Real Madrid y Karim Benzema es una de esas historias de amor en el futbol que ha tenido de todo. Desde pitos por parte de la grada, peticiones de salida desde algún (o varios) sectores de la prensa, hasta una reconciliación en forma de goles que aunó a todo el mundo bajo el concepto de jugador franquicia madridista.
Benzema, por su parte, siempre ha sido el mismo: alguien callado, de perfil bajo meditativamente y que siempre ha preferido el segundo plano de los focos para convertirse en el líder tapado del vestuario. Además, se ha adaptado a la perfección a los distintos roles que ha tenido dentro del equipo hasta convertirse en la leyenda que es.
A veces nos olvidamos de que Karim Benzema es el segundo máximo goleador de la historia del Real Madrid. Sólo superado por Cristiano Ronaldo, el francés ha marcado 327 goles desde su llegada al Santiago Bernabéu. Superando a leyendas como Raúl González Blanco (323), Alfredo Di Stefano (308), Santillana (290), Puskas (242) o el propio Hugo Sánchez (208), el delantero madridista llega al Clásico con las mismas ganas, o más, que siempre.
El partido contra el Barcelona será un punto de inflexión. Ambos equipos, muy igualados en este inicio de LaLiga, llegan en contextos distintos. El Madrid, a pesar del pinchazo contra Osasuna, sigue invicto. Y eso a pesar de los problemas atrás que preocupan tanto a Ancelotti. Sin embargo, en la delantera, parece que el miedo a la ausencia de Benzema se ha suplido con un Rodrygo y un Valverde que han demostrado tener gol y personalidad. Y mucha calidad, obvio.
Sin embargo, ¿es irremplazable el francés? Obvio. Por mucho que los jugadores que acabamos de citar hayan dado un paso al frente, lo que ofrece Benzema al equipo no lo tiene nadie. Creación de ocasiones, apertura de espacios, gol y la capacidad de arrastrar a la mitad de las defensas rivales a sitios a los que sólo llega su imaginación. Definitivamente es irremplazable.
Por eso la semana pasada hubo ciertas dudas en el entorno del Madrid ante su vuelta después de la lesión que le apartó, incluso, del derbi madrileño. Contra Osasuna, precisamente, vimos una versión de Benzema “muy rara”, según desvela a ESPN un compañero: “Parecía incómodo”, insiste. No estaba fluido, no tenía esa claridad de ideas y, además, falló un penalti. ¿Es eso suficiente como para dudar? En el nivel de exigencia de los blancos, seguramente.
Esas dudas aumentaron cuando el propio Benzema no fue incluido en la convocatoria para el partido contra el Getafe. Carlo Ancelotti explicó en la rueda de prensa post partido que la ausencia del francés fue por descanso.
Pero Benzema es Benzema y en el primer partido contra el Shakhtar ya se encargó de disipar las primeras dudas post lesión. Y es que, después de casi un mes parado, es normal que alguien de 34 años tarde en recuperarse y en adquirir esa velocidad de crucero que necesita el nivel élite del Madrid.
Desde dentro del club, no preocupan esas dudas porque entienden que, para todos, su capitán es “el líder del campo y el pivote de la creación en ataque junto con Luka Modric”. Y por eso también entienden que ha ido mejorando su físico y su rendimiento en los últimos días para llegar en forma a un Clásico en el que el equipo que gane tendrá una ventaja importante hasta el parón por el Mundial de Qatar.
Por resumir en una frase que pronunció una de las fuentes que ESPN maneja en la casa blanca: “Hay Benzema para rato, todos tranquilos”. Si lo dicen ellos, hay que creérselo.