BARCELONA -- Xavi Hernández, claro en su discurso y manteniendo "el optimismo", sorprendió este miércoles en la sala de prensa avisando que el Barcelona debe "ganar títulos esta temporada" y que en caso contrario "entendería perfectamente" que Joan Laporta lo despidiera al acabar el curso. O incluso antes...
"La gente por la calle me levanta el puño en señal de ánimo, todo el mundo me da ánimos, que parece que se me haya muerto un familiar con todos los mensajes que he recibido y me siento apoyado. Pero, desde luego, entendería una destitución", reconoció el técnico azulgrana, quien proclamó que el club "ha hecho un gran esfuerzo en la confección de la plantilla y tenemos que luchar por los títulos y si no se ganan, pues ya se verá a final de temporada. Habría que tomar decisiones y podría venir otro entrenador".
"Es que en cualquier momento pueden dejar de contar conmigo. Mañana mismo incluso", incidió Xavi dando normalidad a la situación de cualquier entrenador. "Esto es el futbol y yo trato de ser honesto con el club, con los jugadores y con los aficionados. Hemos hecho un equipo para lograr éxitos y tengo, mantengo, toda la ilusión por lograrlo pero si no se gana es nornal que se tomen decisiones", sentenció.
"Mantengo toda la ilusión del mundo a pesar de las críticas de esta semana. Hay que seguir trabajando, tener alegría y coger el toro por los cuernos. Soy un tipo optimista, siempre aunque me duela lo que ha pasado, tanto en el Bernabéu como en la Champions porque soy culé y sé que lo se piensa en estos momentos", reflexionó, dando por hecho que en el club azulgrana no se puede hablar nunca de transiciones.
"En el Barça no hay temporadas de transición. Con el esfuerzo que se ha hecho desde el club, hay que ir por títulos. Si no se consiguen, habrá consecuencias como dijo el presidente y quizá son para mí. No quiero buscar excusas. Si no se ganan títulos, vendrá otro entrenador y se intentará sin más", resolvió, restando incomodidad.
"Soy una persona calmada y quiero que salgan las cosas. Soy culé y no pararé, nada me frenará. Seguiré trabajando para girar la tortilla y lo daré todo. Trabajaré más incluso para transmitir a los jugadores que el objetivo sigue siendo ganar títulos. Estamos en octubre y esto es largo", explicó.
Lo cierto es que, a pesar de su discurso, entre realista y optimista, el club azulgrana se encuentra en un momento tan delicado como inesperado hace apenas un mes.
El Barcelona, que disputadas nueve jornadas de Liga presenta los mejores números desde hace cinco años (y tercera mejor racha en las últimas diez temporadas), recibirá el jueves al Villarreal con la indispensable exigencia de ganar, sí o sí, para no hacer más profunda la herida que le martiriza en este mes de octubre que comenzó con la moral por las nubes y se encamina a una crisis inesperada después de tropezar con dos derrotas y un empate en cinco partidos que lo han eliminado virtualmente de la Champions y descabalgado del liderato en la Liga.
Si perder el Clásico entraba dentro de la lógica, no lo era tanto mostrar una imagen futbolística tan alejada de lo esperado, contemplar a un equipo superado física y tácticamente primero por el Internazionale y después por el Real Madrid para echar por tierra las buenas sensaciones que se observaron antes del parón de selecciones en la segunda quincena de septiembre... Y que han acabado por ser fatales en el ánimo del equipo azulgrana.
"Hemos cometido errores pero seguimos firmes", convino Xavi, quien insistió que nada le hará cambiar de postulados en su estilo. "Jugamos con nuestra idea. En el Bernabéu y también contra el Inter se jugó a lo que queremos. Siendo protagonistas, chutando más cerca del área, con defensa avanzada. A veces sale y a veces no. A base de insistir se puede seguir creyendo. Tratamos de entrenar bien para que salgan los resultados, pero tenemos clara la idea", solventó.