BARCELONA -- Raphinha ha llegado al mes de marzo, a la hora de la verdad, desatado. El brasileño, que ya suma nueve goles y nueve asistencias con el Barcelona, fue decisivo para ganar al Valencia la pasada semana y volvió a serlo en San Mamés abriendo el triunfo de un líder que recibirá al Real Madrid, a 13 jornadas del final de campeonato, con una ventaja de nueve puntos que puede empezar a adivinarse insalvable para su perseguidor.
Fichaje discutido desde varios ámbitos, nunca ha sido Raphinha, o al menos no lo ha demostrado, un futbolista de eléctrica velocidad como Dembélé. Tampoco destacó durante el primer tramo del curso por su facilidad en el regate y le costó hacerse entender en su facilidad para progresar en diagonal desde la banda. La derecha a poder ser puesto que jugar en la izquierda, lo reconoció a Xavi, le provocaba una evidente incomodidad.
Pero con el paso delos meses su trascendencia ha ganado peso sin necesidad de convertirse en un brasileño de especial consideración. No tiene la magia de Ronaldinho o Neymar, la magnificencia de Rivaldo ni, por supuesto, la capacidad goleadora de Ronaldo o Romario... Pero ha demostrado ser un jugador de indiscutible importancia para el entrenador azulgrana, aprovechando, además, la lesión de Dembélé para ganarse un lugar en este equipo que vuela hacia el título liguero.
En San Mamés, sobreponiéndose a una presión ambiental como no se recordaba, supo esperar en el momento exacto y el lugar oportuno, el pase soberbio de Sergio Busquets... Y fusilar a Julen Agirrezabala en el desemboque del primer tiempo para dar lustre a un Barça que, contra el ambiente más hostil que se recuerda, afianzó su liderato.
SERGIO BUSQUETS
Esperando una propuesta formal de renovación que no le llega, el mediocentro sigue siendo vital en los planes de Xavi y responde, como capitán, a la exigencia máxima con una solvencia contrastada.
En Bilbao no solo asistió a Raphinha en el 0-1, sino que debilitado un centro del campo que volvió a ser de tres futbolistas, supo ocupar su lugar, más rápido que de costrumbre en faceta defensiva, ocupando espacios, y tan solvente como es habitual a la hora de repartir juego, combinando, y entendiéndose, con un Frenkie de Jong que se multiplicó en su tarea.
DE JONG
Atrás, en el medio y delante, llegando desde la segunda línea y buscando ya fuera combinar en pases cortos o desplazamientos largos, el neerlandés disfrutó de otro partido excelente, poco menos que sobresaliente.
La libertad que le ha dado Xavi para moverse entre líneas, conducir el balón y ser el enganche en todas las facetas ha convertido a Frenkie de Jong en un jugador tan indispensable como brillante. Algo que en San Mamés volvió a quedar de manifiesto.