Tanto el capitán Ter Stegen como el entrenador Xavi manifestaron su molestia en contra de las decisiones arbitrales.
"Me faltan las palabras... Es una vergüenza para el fútbol". Sereno, pero contundente, Marc-André Ter Stegen trasladó a los micrófonos el sentir general de la expedición del Barcelona, que abandonó el Bernabéu furiosa. Hubo gritos al dejar el césped y marcharse a los vestuarios, gritos que mezclaron la rabia con el desespero.
El gol de Jude Bellingham concretó la debacle final de un equipo herido que sobrevivió a una noche extraña y que se sintió terriblemente estafado. Que tuvo la victoria tan a mano, que encajó la derrota sin el conformismo que se habría supuesto en otras ocasiones. A la queja del portero alemán, "es increíble que no haya tecnología de gol", acompañó el discurso pausado pero firme de Xavi Hernández. "Mi sensación hoy es de injusticia máxima. Lo ha visto todo el mundo y eso es una evidencia... Hemos jugado muy bien y hemos perdido por situaciones que no podemos controlar", indicó el entrenador azulgrana.
Al Barça le dolió la jugada de Lamine Yamal porque "si queremos ser la mejor liga del mundo, deberíamos tener la mejor tecnología" y le fastidió sospechar que el árbitro al que había puesto en la diana el madridismo le fuera menguando de manera continuada en el terreno de juego.
Hubo quejas por la permisividad con la dureza rival, señalando especialmente a un Luka Modric que mereció "hasta tres tarjetas amarillas" antes de ser amonestado, se puso en el escenario la amonestación a Eduardo Camavinga comparándola con la expulsión que sufrió Ronald Araújo ante el PSG y se dudó del penalti de Pau Cubarsí, dando por hecho que fue Lucas Vázquez quien buscó tropezar con la pierna del juvenil azulgrana.
A este Barça tan desasistido y criticado durante la temporada LaLiga se le acabó marchando en los Clásicos... Y, contempla el vestuario azulgrana, por decisiones que se le escaparon a su determinación. Un penalti de Aurélien Tchouaméni a Araújo en Montjuïc cuando ganaba el Barça 1-0 y lo sucedido en el Bernabéu.
Xavi lo dijo a su manera. "Le podrías restar los seis puntos al Madrid y sumárselos al Barça... Ahí está la Liga". Y por ahí se enrabietó el aún campeón presto para entregar su corona.