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El Barcelona da gran paso en la lucha por el segundo puesto de LaLiga

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Con un punto de diferencia, ¿ya es suficiente para el Barcelona? (4:07)

El subliderato en LaLiga sigue al rojo vivo entre Barcelona y Girona. Con la victoria de los culés ante la Real Sociedad, toman una ligera ventaja en la tabla. (4:07)

El Barcelona tomó la segunda posición del campeonato español tras derrotar a la Real Sociedad.

El Real Madrid ya es campeón y el Barcelona lucha por asegurar la segunda posición de LaLiga que le permita jugar la Supercopa de España. De momento es segundo porque venció a la Real Sociedad. De momento se bastó con un gol de Lamine Yamal y un penalti transformado por Raphinha. Un penalti alertado por el VAR cuando ya nadie reparaba en él en tiempo añadido y que cerró el 2-0.

Fue el desemboque de un partido soporífero, sin tensión ninguna, con poco ritmo y muchas carreras sin ton ni son. Entre un Barcelona sin rumbo y una Real perdida, que hace meses soñaba con hacer historia en la UEFA Champions League y meterse entre los cuatro primeros y hoy ni tiene plaza de UEFA Europa League…

El Barça necesita la llegada de las vacaciones. Agotado mental y futbolísticamente, el equipo de Xavi parece no dar para más. Se juega la segunda posición con el Girona y su deambular por el campo desmiente esa necesidad. La necesidad es del club pero se diría que a la plantilla no le ocupa ni preocupa.

Podría ser peor, claro. Hace 23 años, por estas fechas, el Barça suspiraba por entrar en la Champions. Se jugaba con el Valencia la cuarta posición, la cuarta... Y la amarró al final del final. A tres minutos de acabar LaLiga ganando al propio Valencia en un Camp Nou encendido con una legendaria chilena de Rivaldo.

Aquel era un Barça prácticamente desnudo, pero este es un Barça que va perdiendo la ropa sin que nadie en el club quiera darse cuenta. Sin atender a que va hacia ninguna parte, sin un plan concreto en el campo y un palco que sonríe asegurando una mejoría que no se traduce en nada.

Al entrenador que dimitió en diferido allá por el mes de enero para desdecirse en abril le aclama la grada de animación, que pasa el rato insultando al Real Madrid a pesar de los ruegos/avisos del servicio de megafonía del estadio, donde el resto de aficionados, poco más de 35 mil en esta ocasión (la tercera peor entrada del curso), buscan motivos para ilusionarse o, por lo menos, aplaudir.

Se ilusiona con Lamine Yamal, goleador y salvador de las cuentas (de momento) y se ilusiona con Pau Cubarsí. Aplaude a Raphinha, a Marc-André ter-Stegen y hasta a Robert Lewandowski. Incluso llega a hacerlo con João Cancelo, futbolista que sin saberlo debe agradecer jugar en Montjuïc y no en el Camp Nou de hace veinte años... Porque en ese tiempo y en ese estadio la hinchada ya le habría crucificado.

Hoy, sin embargo, la realidad es distinta. Nada ni nadie parece estar predispuesto a exigir en este Barça que deambula entre el sopor de un aburrimiento que en el destierro de Montjuïc no parece afectar a casi nadie.