El Barcelona de Hansi Flick extendió su presente arrollador, pero ahora lo hizo en un escenario mayor: con goles de sus delanteros en el segundo tiempo, goleó 4-0 a Real Madrid en el Santiago Bernabéu y dio un golpe sobre la mesa en LaLiga, sacándole seis puntos al rival de toda su vida.
El 5-1 a Sevilla del pasado domingo y el 4-1 a Bayern Munich del miércoles no fueron, evidentemente, cosas del pasado. El Barça volvió a ser una aplanadora, ahora en la capital, y destrozó al equipo de Carlo Ancelotti, que careció de contundencia ofensiva, chocó con sus propios errores en ataque y se terminó llevando un golpe muy duro.
El primer tiempo, vertiginoso, escondió su dinámica y golpe por golpe en un resultado vacío. El conjunto blaugrana tuvo más la pelota, pero casi no se acercó a Andriy Lunin, más allá de un remate lejano de Pedri y algunos acercamientos de Lamine Yamal y Raphinha.
En cambio, la Casa Blanca, más vertical, dispuso de las mejores chances, a pesar de que la estadística al entretiempo reflejaba tan solo un tiro (desviado). Fue de Vinícius, siempre activo, que se sacó un par de rivales de encima y definió increíblemente afuera.
Pero Kylian Mbappé, en su primer clásico, pintaba para dolor de cabeza para la defensa del equipo de Hansi Flick, que se la jugó y acertó adelantándose y jugando al offside: el francés quedó seis veces en posición adelantada en el primer tiempo, incluyendo una jugada en la que definió con mucha clase por encima de Iñaki Peña para festejar, en vano, el 1 a 0, a los 30 minutos.
Peña también se lució, aunque su gran estirada para evitar el tanto de Jude Bellingham también fue anulada por offside (en total, fueron 8 del Merengue en los primeros 45').
A fin de cuentas, el equipo de Carletto nunca le encontró la vuelta a la estrategia defensiva culé, que jugó al límite y se llevó un gran premio.
Y después de un primer tiempo parejo, Barcelona salió todavía más decidido a disputar el segundo tiempo. Y el cabezazo alto de Lewandowski fue un augurio de lo que pasaría después. Porque el polaco, desaparecido en la etapa inicial, siempre lejos de la jugada, definió el partido, demostrando que sigue siendo un centrodelantero top y saldando una 'deuda' en clásicos.
Primero picó justo habilitado, lo que no pudo hacer Mbappé, recibió de Marc Casadó y, con Mendy habilitándolo, definió antes de entrar al área (54'). Y en una ráfaga, Tito aprovechó el momento y cabeceó de gran manera un centro de Alejandro Balde (56'). Dos golpes de nocaut en un par de minutos y a remar de atrás los pupilos de Ancelotti.
Pudieron ser tres o cuatro, porque Lewandowski, solo y sin arquero, definió al palo (y luego afuera), justo después de que Mbappé, por enésima vez, picara en offside (y por segunda, metiera el gol). El partido ya estaba roto, con Real Madrid buscando desesperado el descuento y Barcelona apelando a contragolpes para pasar a golear.
Aun en la adversidad, los vigentes campeones de LaLiga empujaron y tuvieron varias chances para descontar, pero chocaron con su propia impericia. Bellingham no la pudo empujar en una de las más claras, y con mucho espacio y jugadores rápidos, Barcelona no perdonó: a los 78 minutos, Raphinha habilitó a Lamine Yamal y, entrando al área, el joven maravilla la clavó del ángulo .
Sobre la hora (84'), Raphinha aprovechó un gran pase de Íñigo Martínez y las carencias defensivas del local, definió por encima de Lunin y le puso cifras definitivas al marcador. Baile en Madrid y 13 goles en una semana.
Con este resultado, Barcelona alcanzó los 30 puntos en 11 fechas (37 goles a favor y 10 en contra), seis más que Real Madrid (24, con 21-11). Atrás siguen Villarreal y Atlético de Madrid. El próximo fin de semana, en vísperas de una nueva jornada de UEFA Champions League, donde ambos suman un par de triunfos y una derrota, el elenco culé recibirá a Espanyol en el derbi catalán, en tanto la Casa Blanca visitará a Valencia, el colista de LaLiga.