BARCELONA -- La relación entre el FC Barcelona y Qatar está a un paso de romperse, después de que los representantes de QSI (Qatar Sports Investmensts) rechazasen las exigencias del club en su intención de aumentar el pago por su patrocinio y que no hayan atendido a las llamadas para reconducir la situación.
El Barcelona, lo adelantó ESPN en su momento, pretendió variar las condiciones que en la primavera de 2015 concretó el ex vicepresidente Javier Faus con los ejecutivos de Qatar y la respuesta no pudo ser más negativa: desde entonces las negociaciones están absolutamente paradas y a cinco meses de la conclusión del contrato no se perfila que puedan desencallarse.
Los 60 millones de euros anuales que pactó Faus se consideraron por debajo de los merecimientos de un club que acababa de conquistar el triplete y atendiendo a los 64 que ingresa el Manchester United de Chevrolet se pretendió un nuevo acuerdo por no menos de 70 que desde QSI se tomó como una falta de respeto. Aquel acuerdo inicial incluía no solo una bonificación de 25 millones por la firma, sino que añadía diversos bonus por títulos que podían alcanzar los 10 millones por temporada en las cuatro del nuevo contrato.
Eso era, un total fijo de 265 millones y la posibilidad de añadir otros 40, unas cantidades que desde Qatar se estimaban excelentes para el Barcelona… Y que hoy ya no se atienden. El presidente Bartomeu y Manel Arroyo, vicepresidente del área de marketing y comunicación, se desplazaron en octubre a Doha convencidos de su fortaleza en cambiar los acuerdos firmados por Faus y desde entonces el Barcelona ha quedado en fuera de juego.
POLÍTICA Y NEGOCIO
Qatar, ligado al club azulgrana desde 2010, no solo considera que se le ha faltado al respeto desde el Camp Nou, sino que entiende que el club nunca se ha posicionado a su lado en la tormenta política que se ha desatado por las críticas al país árabe, algo lo que ha pesado en el enfriamiento de las relaciones entre ambas partes. Pero hay más.
Bartomeu, durante la campaña electoral del pasado 2015, puso especial énfasis en que el Barça debía lograr “el mejor contrato de patrocinio” del fútbol mundial y desafió directamente a Qatar , insinuando la posibilidad de romper su asociación por tener la opción de un nuevo socio (se habló de Rakuten) que mejorase las condiciones.
Además, el presidente electo no negó que la relación entre Qatar y el Estado Islámico podía perjudicar la imagen del FC Barcelona en el mundo y esos posicionamientos enfurecieron a los ejecutivos qataríes, que en cuanto una vez comenzada la temporada recibieron la visita de Bartomeu no se dignaron ni a discutir un nuevo contrato… Ni a mantener las condiciones que meses antes había pactado Faus.
Hay también otro punto que dificulta la normalización entre las partes. QSI es el dueño del París Saint Germain y mantener, ya no digamos mejorar, los acuerdos con el Barcelona significaría reforzar económicamente a un rival directo del PSG en Europa. El club francés pretende iniciar un nuevo proyecto deportivo este próximo verano que precisará de una fuerte inversión y para hacerla posible una de las claves que se estudia es el fichaje de Neymar …que pertenece al Barça.
El brasileño está en plenas negociaciones para prolongar y modificar al alza su contrato con el club azulgrana y en el Camp Nou no se pueden dar pasos adelante antes de confirmar un nuevo y millonario contrato de patrocinio.
La situación económica del Barça es menos feliz de lo que cabría suponer. Con una deuda cercana a los 330 millones de euros y una masa salarial de la plantilla que representa el 73 por ciento de los ingresos (casi 250 millones brutos por temporada, 115 netos), hacer frente a la renovación de Neymar, cumplir la promesa de la mejora a Busquets o acudir al mercado pensando en Pogba (con el sueldo que se le debería pagar), se contempla imposible de no cerrar un acuerdo de primer nivel en cuestión de patrocinio.
Qatar sabe que tiene todos los ases de la baraja en su poder y espera pacientemente. O eso es lo que se cree desde el Barcelona, que estima que esa sería la mejor noticia dentro de lo malo.
Porque si, como algunos empiezan a temer, Qatar rechaza la renovación del contrato, encontrar un nuevo patrocinador que, por lo menos, llegue a los 60 millones de euros por temporada será una misión dificilísima. Y con el tiempo echándose encima, la situación no puede ser más incómoda. Y grave.