BARCELONA -- El FC Barcelona trabaja en la renovación paulatina de su plantilla con el objetivo de mantenerse en la primera línea durante la próxima década y con un plan estratégico en que Leo Messi es la pieza fundamental.
El club mantiene la idea de ver al argentino retirándose de azulgrana, al menos al más alto nivel deportivo, y bajo esos parámetros tiene la intención de, a medio plazo, presentarle una propuesta de ampliación de contrato que se prolongue hasta el año 2022, presentándole como el personaje principal en la inauguración del nuevo Camp Nou. Así, de entrada se mantiene la idea de una ampliación de su actual contrato de dos años, hasta junio de 2020, para después renovarlo por otros dos, mantenerle al menos hasta esa fecha mágica de 2022 y a partir de ahí actuar en base a las sensaciones que las partes tengan.
No hay que olvidar que Leo cumplirá 35 años en junio de 2022 y es una auténtica incógnita conocer tanto su estado físico como la idea futbolística que tenga para entonces. Y no se olvida, tampoco, que el crack, que siempre ha mantenido su idea de retirarse en Europa como jugador del Barcelona, mantiene un deseo, íntimo, de jugar al menos una temporada en el fútbol argentino.
65 años después de que Ladislao Kubala fuera la estrella en el estreno del estadio, Messi tomaría el relevo para unir el presente y futuro del Barça.
Para entonces tendrá 35 años y se entiende que estará en la recta final de su carrera, dedicándole una salida por todo lo alto. El actual contrato de Leo acaba en junio de 2018 y no tiene urgencia por tratar su renovación, algo que en el Camp Nou se espera una calma tensa aunque, también, con confianza. Los temas más urgentes los personalizan Busquets y Neymar, cuyas mejoras deberán llevarse a cabo el próximo verano para, a partir de ahí, pensar en otros futbolistas con la Pulga en el primer plano.
PREMURA Y PACIENCIA
Sergio Busquets puso en el plano, a través de la tan comentada entrevista con ESPN, su incomodidad por el silencio institucional respecto a la promesa que se le había hecho un año antes por parte de Bartomeu de mejorar su salario y en las últimas semanas han existido contactos con su agente, Josep Maria Orobitg, para tratar el asunto.
El Barcelona le trasladó la imposibilidad de hacer efectiva de forma inmediata ese aumento prometido pero quedó claro que con el comienzo de la nueva temporada se verá recompensado como se le prometió, cuando los balances contables del club no sean como ahora un freno. Y lo mismo ocurre con Neymar, probablemente el caso de mayor trascendencia económica por verse en la obligación el Barça de, prácticamente, doblar el sueldo del brasileño.
De hecho, ya existe un acuerdo firmado entre las partes, aunque no entrará en vigor hasta el próximo ejercicio. Con Messi el tema se trata con mucha más cautela, paciencia, tranquilidad y discreción.
Neymar pasará a convertirse en el segundo mayor salario de la plantilla azulgrana pero la posición de número uno se tiene, y tendrá, reservada para el argentino, que tiene de facto la promesa institucional de acabar sus días en el club como su icono futbolístico y como el jugador mejor pagado.
En este sentido, Bartomeu ya ha acordado con sus colaboradores más estrechos ese plan estratégico encaminado a tratar con el entorno del crack argentino su futuro a partir del próximo año. Se le presentará una propuesta de dos años ligada a nuevas ampliaciones que asegurasen su presencia en el Barcelona hasta, al menos, el año 2022.
Y, mientras, se irá trabajando en la renovación de una plantilla que se pretende mantenga al club en el primer escalafón del fútbol mundial.