BARCELONA -- Marco Verratti, a través de su representante Donato di Campli, ha dado un paso adelante en su intención de abandonar el PSG. “No volveré más a París” se cita al jugador italiano en ‘La Gazzetta dello Sport’, en un mensaje inequívoco de que está dispuesto a tensar la cuerda al máximo para conseguir su traspaso.
El mediocampista permanece de vacaciones en Ibiza, una isla que, apenas a 30 minutos en avión desde Barcelona, se llena de famosos por estas fechas y en la que ha coincidido con no pocos compatriotas suyos, como Borriello, Quagliarella o Bonucci, que probablemente le hayan podido aconsejar que se aparte tanto como pueda del foco mediático.
En la última semana Verratti fue fotografiado sosteniendo la portada del diario ‘Mundo Deportivo’ en lo que se entendió un guiño indisimulado al Barça y que provocó, según publicó ‘L’Equipe’, una reacción de desagrado en París.
“Puede fotografiarse tantas veces como quiera pero el 4 de julio comenzará la pretemporada con el PSG”, se citó a una fuente del club, que resumió el pensamiento local de manera contundente: “Verratti no está en venta. El presidente (Al-Khelaifi) no piensa negociar ni con el Barcelona ni con nadie”.
Es a partir de ahí que la cuerda comenzó a tensarse y que el futbolista desapareció del escenario… Esperando su agente a que el Barça, oficialmente, transmita al PSG una oferta concreta para empezar a negociar. Y es que, de acuerdo con lo que aseguró a ESPN una fuente muy cercana al club francés, solamente ha existido una conversación entre Robert Fernández, secretario técnico azulgrana, y Antero Henrique, Director Deportivo del PSG, en la que el primero le comunicó que el real el interés por un traspaso al que el dirigente portugués respondió secamente: “No hay nada que hablar de Verratti”.
TIEMPO… Y DINERO
El Barcelona confía en que la táctica de desgaste haga cambiar de opinión al presidente del PSG. La postura de fuerza protagonizada por el futbolista es vista como el punto de partida ideal a partir de la cual el club azulgrana entraría en escena ofreciéndose a Nasser Al-Khelaifi para negociar con calma una propuesta que fuera positiva para las dos partes.
Si el tiempo no es, hoy por hoy, un problema, sí podría serlo el dinero. Y es que a esos 100 millones de euros que se especula se cifraría el traspaso, el Barça debería añadir un salario nunca por debajo de los 8 millones por temporada para el jugador.
Y esa es una cifra que en París podría superar sin despeinarse el presidente del PSG, que si en un pasado no tan lejano convenció a Motta o Cavani mejorando sus contratos para apagar sus amenazas de dejar el club, ahora repetiría la táctica con Verratti.