BARCELONA -- Ernesto Valverde cumplió con lo que había aventurado en la sala de prensa: “No correremos ningún riesgo”, y no solo apartó a Lionel Messi y Luis Suárez de la primera alineación del Barcelona en 2018, sino que les dejó en casa, no citándoles para el partido de Copa ante el Celta en Balaídos.
Además de los dos cracks, el entrenador azulgrana también solventó no convocar a Andrés Iniesta, disfrutando los tres jugadores, vitales en los planes de Valverde, de descanso ante el encuentro de Liga frente al Levante del domingo.
“Llegaron ayer, están más lejos de sus familias y por eso les dimos más días de fiesta. Es una posibilidad que descansen porque no quiero arriesgar nada a una lesión”, solventó por las claras el técnico del Barça en la rueda de prensa previa al choque en Vigo.
Su declaración dio a pensar que, quizá, los dos cracks y Javier Mascherano quedasen en el banquillo. Su decisión fue más allá y en una lista con la inclusión de dos jugadores del Barça B, Aleñá y Arnaiz, sí convocó a Mascherano (que se supone quedará en el banquillo, con Gerard Piqué y Thomas Vermaelen en el once) pero sentenció dejar en casa tanto al argentino como al uruguayo.
Messi y Suárez sí jugaron el 5 de enero de 2017 en San Mamés, en la derrota frente al Athletic en la ida de los octavos de final de Copa, y también el 2 de enero de 2016 en el campo del Espanyol. El 4 de enero de 2015 Messi, con Neymar, se quedó en el banquillo en San Sebastián, en un partido que perdió el Barça frente a la Real Sociedad y que desembocó en una grave crisis que estuvo cerca de acabar abruptamente con la carrera de Luis Enrique en el banquillo azulgrana.