<
>

Luis Suárez: Un 'sinvergüenza' abrazado a la fe

COLUMNA ‘EL PULSO’

CIUDAD DE MÉXICO -- “Puede perder cinco balones, hacer tres faltas y errar dos goles, pero esos disgustos le cicatrizan de inmediato...

“Los futbolistas de esta condición nos dan una lección de vida. Para ellos, en cualquier partido, hay una sola jugada importante: la siguiente”.

Las palabras corresponden a Jorge Valdano, quien en su columna que publica el diario El País, dedicó hace algunas semanas un apartado a Luis Suárez.

El uruguayo es un centro delantero indomable, cuyo mayor mérito radica en intentarlo todo. Su convicción no le permite escatimar esfuerzo alguno, y es tan capaz de asociarse basado en el virtuosismo, como mezclarse en una batalla en la que nunca piensa en perder.

El propio Valdano afirma que Suárez tiene un patrón de juego que radica en la fe, y es tanto así, que en ocasiones ni sus propios compañeros acompañan sus creencias, hasta que son testigos de lo inverosímil.

Es de sobra conocida la sociedad que tiene el charrúa con Lionel Messi dentro y fuera del campo de juego; sin embargo, en dos encuentros sin el cómplice con el que se entiende a ojos cerrados, ha demostrado toda su valía... Lo acompaña el conjunto, pero si es necesario ‘buscarse la vida’ solo, cuentan con él.

Cuando tiene rachas sin gol es imposible que su rostro oculte el hambre de este depredador, que lejos de frustrarse, apunta a la siguiente jugada con una convicción inquebrantable. El objetivo puede tardar en consumarse, pero Suárez no entiende de rendirse.

Previo al Clásico español que monopoliza la atención de los aficionados al futbol y de los que no lo son, además de que es el tema central en las charlas de café de todo el planeta, se habló hasta el cansancio de la ausencia de Messi y Cristiano Ronaldo... A Suárez poco pareció preocuparle, él tenía una nueva cita con el orgullo, con su orgullo.

Tres goles, dos de ellos con definiciones dignas de un tutorial, además de un penalti, le valieron al ‘9’ culé robarse los elogios y dejar de lado a los ‘ausentes’.

El Camp Nou se le entregó al grito de “uru-gua-yo, uru-gua-yo”, justo para cerrar una semana inolvidable para él, pues nació su tercer hijo, ‘Lauti’ (Lautaro), y cada gol tuvo dedicatoria especial, la cual también fue dirigida para Delfina, Benjamín, y su esposa Sofía.

Es Luis Suárez, un centro delantero que juega cada partido como si fuera el primero... O el último. Un futbolista que deja la piel cada que emprende la aventura rumbo a su encuentro con el balón.

No tiene vergüenza alguna, no la conoce, este ‘monstruo’ se abraza a su fe y con esa bandera va por las canchas... Va por la vida.