Los colombianos Santiago Arias y Andrés Solano compartieron titularidad en las filas del Atlético de Madrid durante el encuentro en el que los rojiblancos vencieron al Leganés (1-0) en el estadio Wanda Metropolitano.
Lo hicieron ambos formando parte de la línea defensiva, uno en el lateral diestro y otro en el zurdo, acompañados en el eje de la zaga por la pareja que formaron el montenegrino Stefan Savic y el uruguayo José María Giménez.
En el caso de Solano este enfrentamiento suponía su debut oficial con el primer equipo, tras llamar la atención en el conjunto filial y convertirse en titular habitual con el mismo, líder del Grupo I de Segunda División B.
Sin embargo le tocó asumir esa responsabilidad en una ubicación distinta a la que suele ocupar. Las bajas por lesión de Filipe Luis y Lucas Hernández, unidas a la voluntad de dar descanso a Juanfran pensando en Turín, provocaron que el canterano fuera al carril zurdo y no al diestro que acostumbra.
Esa posición quedó reservada de inicio para Arias, suplente en el arranque del choque previo ante la Real Sociedad en San Sebastián pese a que acabó saltando al césped al poco de que diera comienzo la segunda mitad.
Ante un Leganés estático que esperaba en campo propio las acometidas del contrario, el exjugador de PSV y el Sporting de Portugal se convertía así en un buen arma para sumar en las acciones ofensivas con sus incorporaciones.
Varias veces lo intentó durante los primeros instantes pero con poco éxito. Mientras en el otro lado Solano cumplía con su cometido y, sin apenas complicaciones, solucionaba con solvencia todas las jugadas que pasaban por sus pies.
Con el paso de los minutos Simeone optó por modificar la situación de uno y otro cambiándoles de banda. De esta manera Arias se transformó en inquilino de la izquierda a fin de poder darle mayores coberturas a Vitolo y que este se sintiera más liberado en la ofensiva.
Si bien no se apreciaron mejoras notables hasta el descanso, en una de sus subidas el '4' del Atlético forzó una falta peligrosa cerca de la línea de fondo que cabeceó posteriormente Giménez y generó cierta incertidumbre en el área leganense.
Del paso por vestuarios no retornó ya Solano, quien dejó su sitio a un Saúl Ñíguez que tomó el relevo en la izquierda. Este último sería el autor del 1-0 al transformar el rechace de un penalti que ejecutó él mismo y había desviado el portero Andriy Lunin.
Con los suyos situados por delante el entrenador optó por reforzar la posición de lateral zurdo con Juanfran, desplazándose Saúl rumbo al centro del campo. De esta manera se convertía en el cuarto futbolista que pasaba por esa zona en el transcurso del partido.
Estabilizado el equipo en las alas con dos hombres de corte defensivo, centró sus esfuerzos en evitar que el cuadro visitante pudiera igualar la contienda cuando este llegó a acumular hasta cuatro hombres arriba.
Finalmente, el anfitrión logró su objetivo y se llevó tres puntos que le mantienen vivo en la lucha por el campeonato al tiempo que le permiten afrontar con confianza el encuentro de vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones que deberán jugar contra la Juventus en Italia.