MADRID -- El Atlético de Madrid tiró la casa por la ventana este verano con miras a “mejorar lo hecho la campaña pasada”, en que conquistó su tercer título de Europa League y acabó segundo en la Liga.
Ha fracasado en su objetivo principal. El conjunto rojiblanco tenía especiales esperanzas en llegar a la primer final de Champions League que se disputará en su casa, el Wanda Metropolitano. No llegó ni a cuartos de final. Lo impidió la Juventus, que dio la vuelta a un 2-0 adverso en la ida de los octavos de final hace tres semanas para clasificarse con un 3-2 global gracias a la goleada por 3-0, con un hat-trick de Cristiano Ronaldo.
La eliminación provocó gran enojo en la directiva del Atlético de Madrid pues la mayor inversión de su historia –alrededor de 175 millones de euros en fichajes– ha servido de poco para reclamar un lugar definitivo entre los ‘grandes’ de Europa. Y tendrá consecuencias, pues en Madrid ya se buscan culpables.
Antoine Griezmann desapareció en Turín. La gran ‘estrella’ del Atlético, el hombre que debía marcar las diferencias para conservar la ventaja cosechada en la ida, tuvo su peor noche en la presente edición de Champions League.
Tras el encuentro, el francés reconoció no haber estado a la altura de un jugador determinante y que pretende aspirar a un Balón de Oro.
“Me siento culpable porque no he entrado en juego con diferencia al partido de ida donde ponía la pausa y el juego. No he entrado hoy”, dijo en declaraciones a la televisión española después de lamentar que los rojiblancos eligieran un mal día para equivocarse.
El francés apenas tuvo un disparo, desviado. Fundamental en la construcción, tuvo una noche accidentada. No creó una sola ocasión de gol y completó solo 26 pases, pero con un porcentaje de acierto inusualmente bajo, 61%. En cambio, tuvo varias pérdidas importantes de balón en el centro del campo.
Pero en realidad Griezmann lleva tiempo sin contar como factor decisivo en los partidos ‘clave’ en Champions League, en especial como visitante.
El francés, que no marca desde la victoria por 2-0 sobre Mónaco en la fase de grupos, cerró su participación con cuatro goles y dos asistencias. Aunque fue clave en la conquista del título de Europa League, con seis goles en ocho partidos, no marcó un solo gol fuera de casa.
Griezmann lleva dos años sin marcar un gol europeo fuera del Wanda, desde febrero de 2017, cuando contribuyó con un tanto en la victoria por 2-4 sobre el Bayer Leverkusen en la ida de los octavos de final de la campaña 2016-17.
Atlético de Madrid hizo un gran esfuerzo el verano pasado por retener a su estrella Antoine Griezmann, quien llevaba meses negociando con el Barcelona. El francés ‘decidió’ quedarse sólo cuando el club cedió a sus pretensiones económicas y deportivas.
Con un sueldo estratosférico, 23 millones de euros anuales, según la prensa española, el atacante, según informó la Cadena Ser en su momento, pidió a Thomas Lemar, quien se convirtió en el fichaje más caro en la historia del Atlético de Madrid luego de que la directiva pagara 75 millones de euros al Mónaco por su traspaso.
Pero Lemar está muy lejos de haber rendido acorde a su cartel como el jugador más caro del plantel. Solo ha contribuido con dos tantos y cuatro asistencias en 36 partidos, y no ha terminado de ganarse la confianza del entrenador, Diego Simeone.
No solo eso.
El elevado salario de Griezmann –y el haberse hecho público– generó una fractura en el Atlético de Madrid, pues hombres que se saben tan importantes como el francés también quieren un trato de estrella que, de momento, el Atlético no se puede permitir. El fracaso, aunado a la pobre imagen del francés, pone en riesgo la estabilidad en los once partidos que restan en la temporada en que el Atlético tiene la misión de intentar rebasar al Barcelona, con seis puntos de ventaja en este momento, para conquistar la Liga. Aunque sea como premio de consolación.