BARCELONA -- “Tú no eres muy malo, tú eres muy bueno”. Así se refirió a él, en junio de 2015, Louis van Gaal. El día en que el Barcelona le ofreció una despedida con honores, en puertas de la final de Champions de Berlín y provocando que Xavi Hernández, el ‘Guardián del estilo’, derramase todas las lágrimas guardadas durante su carrera.
Sin caer en la cuenta de la fecha, o quizá sí, Xavi anunció este jueves, cuando se cumplen 10 años de la primera obra maestra del Barça de Guardiola, su retirada como futbolista, cuando acabe la temporada, y su intención de convertirse en entrenador. No uno cualquiera, sino reflejando “el estilo que desarrollamos durante muchos años bajo la influencia de Cruyff y de La Masia. Y que tiene su máximo exponente en la forma de jugar del Barcelona”.
El mediocampista de Terrassa, que antes de ese adiós puede aún disputar cinco partidos con la camiseta del Al-Sadd, aprovechó su cercano adiós para hacer una auténtica declaración de intenciones de cómo entiende su futuro en los banquillos: simplemente como un guiño a su propio pasado.
EL ESTILO ES INNEGOCIABLE
Si dicen que Guardiola se convirtió en el principal seguidor de la filosofía cruyffista, que lo fue, Xavi personificó en el terreno de juego el ideal del hoy entrenador del Manchester City, aunque para llegar hasta ello, a la eclosión que siguió al verano de 2008, transcurrió una década tan larga como marcada por alegrías y decepciones.
Xavi es fútbol en mayúsculas. “Es un enfermo. Es de esos que no viven el fútbol como una profesión, sino como un estilo de vida” explicó a ESPN un ex compañero, recordando que muchas veces su entretenimiento consistía en ver partidos y estudiar los comportamientos y tácticas de los equipos, fueran cuales fueran”.
Fiel representante de una cantera que recorrió desde el primer peldaño, en edad alevín, a Xavi le dio el espaldarazo Van Gaal en el verano de 1998, en la Supercopa de España frente al Mallorca y obteniendo como respuesta un partido magnífico de aquel jovenzuelo que admirando a Guardiola se había presentado en el vestuario del primer equipo llamando de usted a los profesionales con quienes pretendía relacionarle el entrenador holandés.
Cerró aquella primera temporada jugando 26 partidos, 22 de titular y 20 completos, para catapultarse al primera plano gracias a la lesión de Guardiola. “Cabeza fría y corazón caliente. Rapidez, repetición. Valiente. Posición…”
Palabras y expresiones que repetía un Van Gaal que siempre creyó en él, por más que decidiera, en un momento dado, devolverlo al filial, en 1999, y provocar que estuviera cerca de marcharse al Milan, algo que evitó su madre en primera persona.
Xavi se quedó en su Barça, se marchó Guardiola en 2001 y a partir de entonces su puesto en el centro del campo azulgrana estuvo fuera de discusión. Aunque la felicidad tardó, todavía, en llegar.
Enfrentado al mundo si hacía falta Xavi Hernández mantuvo una personalidad futbolística que en plena travesía del desierto azulgrana (cinco años sin títulos) provocó tantas dudas en el entorno como críticas hacía lo que muchos que después se postraron a sus pies consideraron entonces ‘invisibilidad’, llegándole a tachar de jugador sobrevalorado. Todo ello, habiendo sido indiscutible y ya internacional.
DE CAMACHO A ARAGONÉS… Y A GUARDIOLA
Campeón mundial juvenil en 1999, Camacho le dio la alternativa en la selección absoluta en 2000 y mando en el equipo que disputó el Mundial de 2002 en Corea y Japón. Menos protagonista en la era de Iñaki Sáez, aunque presente en la Eurocopa de 2004, la llegada al banquillo nacional de Luis Aragonés fue su punto de inflexión, convertido a partir de entonces en el cerebro de la selección que, con dificultades pero convencimiento, propuso un fútbol cada vez más cercano al Barça.
El que explotó en la Eurocopa de 2008. Y al que le dio forma en azulgrana Pep Guardiola. Es a partir de ahí, de aquel primer gran éxito de la selección española desde 1964, que la trascendencia futbolística de Xavi escapó por fin a cualquier crítica.
Convertido en el guardián del estilo, el Barça de Guardiola y Messi, de Valdés, Iniesta, Puyol y Piqué, de Busquets, Pedro, Keita, Eto’o, Alves, Abidal, Márquez y Henry, Ibra, Touré… El Barça eterno tuvo en Xavi al jugador fundamental para comprender que la apuesta de Pep Guardiola, suicida e innegociable, debía entregarse a unos jugadores de personalidad indiscutible.
LA LEYENDA… Y EL FUTURO
Xavi fue pieza providencial del mejor Barça de la historia y de la mejor España de siempre. Ganó todos los títulos posibles y lo hizo de la mejor manera. Dio un paso al lado cuando entendió que su puesto en el Camp Nou, a las órdenes de Luis Enrique, ya no era fijo y sufrió una lastimosa e inmerecida despedida de la selección en el Mundial de Brasil.
Se marchó a Qatar a jugar sus últimos años como futbolista pensando ya como entrenador. “Es como Pep, un enfermo” le presenta otro colega que le aventura una carrera de entrenador marcada por ese convencimiento del que siempre ha hecho gala.
El fútbol de Xavi no ofrece visiones distintas. Nacido del cruyffismo y heredero del guardiolismo, su carrera en los banquillos que debe llevarle más pronto que tarde al Camp Nou estará marcada por esa personalidad innegociable que le convirtió en un personaje sin igual en los terrenos de juego. Habrá que verle en la banda. Será, seguro, divertido.
SU PALMARÉS CON EL BARÇA
LaLiga: 1998–99, 2004–05, 2005–06, 2008–09, 2009–10, 2010–11, 2012–13, 2014–15
Copa del Rey: 2008–09, 2011–12, 2014–15
Supercopa de España: 2005, 2006, 2009, 2010, 2011, 2013
Champions League: 2005–06, 2008–09, 2010–11, 2014–15
Supercopa De Europa: 2009, 2011
Mundial de Clubs: 2009, 2011
SU PALMARÉS CON EL AL-SADD
Qatar League: 2018–19
Qatar Emir Cup: 2017
Qatar Cup: 2017
Sheikh Jassim Cup: 2017
SU PALMARÉS CON LA SELECCIÓN ESPAÑOLA
Mundial: 2010
Eurocopa: 2008, 2012