El día que parecía que nunca llegaría, llegó. Diego Godín anunció su adiós del Atlético de Madrid y, a buen seguro, recalará en el Inter de Milán, donde se le pagará como la estrella que es. El uruguayo tenía ganas de seguir en Madrid, en su casa --como él mismo dijo en el día de su despedida--, pero el corset económico que tiene atado el equipo no ha permitido que la leyenda del club pudiera renovar por los colchoneros.
Casi 400 partidos en nueve temporadas deja atrás el central uruguayo en el conjunto madrileño, del cual ha sido el orgulloso capitán esta temporada tras la marcha de otro histórico como Gabi. Pero más allá de llevar el brazalete o no, el peso de Godín en la entidad ha sido siempre palpable.
Por su carácter, por su garra, y por ese brío que imprimió cada vez que se vistió de corto al equipo, se convirtió en la extensión perfecta de Simeone en el terreno de juego, y aunque en los últimos años su nivel ha ido decreciendo paulatinamente --la barrera de los 30 años suele conllevar eso--, no es menos cierto que su figura podría haber seguido siendo clave en el vestuario.
Pero eso ya es historia. El nuevo Atlético de Madrid comienza ahora.
La directiva y el cuerpo técnico llevan años preparando este relevo generacional. Si a la marcha de Gabi se impuso la llegada de Rodri, y si a la más que segura de Filipe Luis se adelantó la explosión de Lucas Hernández --tanto que el chico ha acabado por marcharse con precio de estrella antes de que lo hiciera el propio brasileño--, en el centro de la zaga ocurre más o menos lo mismo.
José María Giménez llegó al club rojiblanco a convertirse en el sustituto natural de Godín, pero lo hizo tan joven y brilló de tal manera, que casi acaba por correr la misma suerte de Lucas.
Ha tenido ofertas de todos los grandes de Europa, incluidas del Real Madrid, pero el charrúa quería agarrar el testigo de “El Faraón” y a partir de la temporada que viene será su orgulloso heredero.
Junto a él a buen seguro se formará cada domingo Felipe, el excentral del Corinthians que desde 2016 lidera la zaga del Porto y a quien Tite ya hizo internacional co Brasil el año que viene.
El Atlético de Madrid está buscando la forma de rebajar su cláusula de rescisión (50 millones de euros) para poder hacer viable su fichaje. Junto a ellos, Savic y Montero serán los hombres encargados de hacer olvidar el paso de Diego Godín por el club.
No será tarea fácil, desde luego, pero Simeone ya ha sabido manejar este tipo de relevos en la portería, en el lateral izquierdo y en el mediocampo, y ha mantenido al equipo compitiendo en todos los frentes como el primer día.
Sin duda la marcha de Godín hará menos feroz al Atlético de Madrid. La defensa que formaban Juanfran, Godín, Giménez y Filipe, escoltados por Gabi y Koke, fue una de las más temidas de Europa. Cuando arranque la temporada 2019-2020, quizás sólo Koke y Giménez se mantengan en el club de esos seis nombres. Todos ellos han sido héroes del Atlético de Madrid, pero ninguno se ha identificado tanto con la afición como el veterano central.
Por eso hoy en Madrid hay mucha gente llorando a lágrima viva, porque se ha despedido un grande. Aunque siempre queda la ilusión de ver nacer un nuevo proyecto, de rehacer un equipo que ha sido impresionante. En eso están trabajando ya Diego Simeone y su equipo.