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ESPN+: La Copa de Iñaki Williams, el sueño del león africano

BARCELONA -- Brahim ben Ouigmane es un chaval nacido en Marruecos que a los 17 años llegó a España saltando la valla de Melilla. Inmigrante ilegal, vive en Barcelona y cumplidos los 18 intenta sobrevivir en una casa de acogida. La luz de su esperanza ha nacido a través del fútbol: ha comenzado a entrenar en un club, Can Clota, y comienza a ver el futuro con otros ojos.

Iñaki Williams, futbolista profesional, famoso y hoy millonario, podría en cierta manera ser el espejo en el cual mirarse y avanzar. Solo los elegidos, cierto, tienen la fortuna del delantero del Athletic de Bilbao, pero es el ejemplo de que a través del fútbol los sueños pueden ser una realidad.

Este miércoles el Athletic recibirá en San Mamés al Granada en la ida de las semifinales de la Copa del Rey, un partido enorme, acaso el de mayor trascendencia desde que en 2015 el equipo vasco perdiera la final frente al Barcelona en el Camp Nou, y la puerta a una final que pudiera significar el primer trofeo en esta competición para el club desde que lo ganó por última vez, en 1984.

Williams tenía 20 años la noche en que Messi derrumbó el sueño de los leones en Barcelona y sufrió desde el césped aquella decepción, en la que era la temporada de su estreno con el primer equipo del Athletic, club al que había llegado en 2012 desde Pamplona, en edad juvenil, cuando su vida no era, para nada, tan fácil como es en la actualidad.

Porque Williams, sin ser un inmigrante propiamente dicho, es hijo de inmigrantes, llegados a Bilbao después de entrar en España tras un largo camino lleno de penurias desde Ghana, en África, saltando aquella misma valla de Melilla en busca de un futuro mejor para la familia que querían crear en Europa.

Hoy, el primer futbolista de color en la historia del Athletic es una celebridad en el club, al cual proclamó su fidelidad inquebrantable renovando su contrato y rechazando cualquier oferta que pudiera tener, de la misma forma que no deja pasar la ocasión de recordar tanto sus orígenes humildes como el sacrificio de sus padres por hacer realidad esa esperanza de un futuro mejor lejos de sus orígenes.

SUEÑOS CRUZADOS
Ausentes los grandes, los gigantes de esta Copa del Rey, el Athletic, antaño ‘Rey de Copas’, suspira por celebrar un título que se le resiste desde hace 36 años, cuando en Madrid, con Javier Clemente en el banquillo, derrotó al Barça de Maradona en una final explosiva y polémica.

Sueña el león Williams con llevar a su equipo a esa final como lo hace, enfrente, el Granada, que se presenta por tercera vez en toda su historia en la penúltima ronda del torneo y que solo jugó una final: la de 1959 y que perdió (4-1) frente al Barça de Helenio Herrera en Madrid.

Hospitalet, Tamaraceite, Badalona, Badajoz y Valencia son los rivales que fue dejando por el camino el equipo andaluz, siempre al límite, casi siempre con prórrogas ante rivales de menor categoría y con un gol de penalti en el último suspiro frente al actual campeón para alcanzar su primera semifinal en 61 años.

Intercity, Sestao, Elche, Tenerife y Barcelona fueron las víctimas del Athletic. Dos de ellos, Elche y Tenerife, derrotados en la tanda de penalties, el último, el Barça, con un gol a última hora de Williams. El León que sueña despierto con celebrar junto a sus padres un título que nunca imaginaron el día, lejano, que entraron escondidos en España.

Y es que el fútbol, dicen, es una fábrica de sueños.